Dante Phantomhive-Michaelis

13 1 0
                                    

Fandom: Kuroshitsuji

Título: Dante Phantomhive-Michaelis

Ship: CielxSebastian

Personajes: Madame Red, Grell Sutcliff, Undertaker, OC.

Sinopsis: Dante Phantomhive-Michaelis era ya un joven de 14 años. Se había convertido, desde sus 12 años y como primogénito del Conde Ciel Phantomhive, en el nuevo Vizconde. Pero él no era un niño mimado; al contrario, lo detestaba. En cambio, si algo disfrutaba, más bien le causaba placer, era cumplir las labores de su madre junto a su padre. De quien, a propósito, había recibido también una no muy escasa herencia. En otras palabras, era un noble humano-demonio.

Advertencias: Yaoi. Romance Humano-Demonio. MPreg. Leve Fluff. Leve Angst. AU Canonverse. OoC. Fantasía Histórica.

Londres, Octubre de 1904

— ¿Su Majestad?

Dijo, prácticamente en un susurro, el hombre aun vestido en un pulcro traje negro y aún más prístinos guantes blancos en sus manos. Frente a él, el hombre que apenas ya en su sexta década le miró con una ligera sonrisa. Había oído de su madre Victoria que, por años, había servido al hombre a quien ella acostumbraba llamar su 'Perro Guardián'. Al joven noble que habitualmente atendía los 'asuntos oscuros' de Londres. Alzó la mirada al rostro curiosamente pálido de su acompañante y preguntó si era la primera vez que el propio soberano lo convocaba a solas a su presencia. A lo que Sebastian respondió, tras dejar escapar un hondo suspiro, que, en efecto, no correspondía a un hombre en su posición –es decir, un sirviente- presentarse de ese modo ante el monarca reinante. Ni allí en Inglaterra, ni en ninguna nación que obedeciera a tal sistema. Sin embargo, en esa ocasión, su amo no se encontraba en Londres y por ello le había pedido expresamente que fuera en su lugar.

—Comprendo...

Dijo el Rey Eduardo, ofreciéndole una amable sonrisa que por un momento descolocó al demonio. La Reina Victoria también solía comportarse de ese modo, sin importar la persona que tuviera frente a ella. Al percatarse de que su acompañante parecía haberse perdido en sus pensamientos, le preguntó si se encontraba bien. O si acaso había algo que le preocupara. Michaelis sacudió la cabeza y se inclinó, disculpándose con el monarca para luego y finalmente, enfocarse en el motivo que lo llevara allí. Eduardo había recibido la noticia de que el joven 'guardián' de su madre tenía un hijo, el cual era ahora un adolescente. Había esperado que fuera el propio Conde Phantomhive quien se lo presentara. Sin embargo, al ver allí a Sebastian, simplemente lo dejó hacer su 'trabajo'. Michaelis agradeció inclinándose una vez más y, alzando la mirada sobre su hombro, estiró su brazo izquierdo, pidiéndole, al parecer, a una persona aguardando del otro lado de la puerta de roble que ingresara. Este así lo hizo, caminando a paso lento (y por demás elegante) hasta detenerse frente al mayor. El joven de 14 años se inclinó como era costumbre ante el Rey, sin embargo, Eduardo pareció advertir que el chico no parecía del todo feliz más que simplemente conforme con estar allí. Aunque, por otro lado, y a pesar de haber notado su actitud, podía afirmar asimismo que disimulaba bastante bien su descontento. Del mismo modo en que le era imposible saber que estaba pensando el hombre de curiosos ojos carmesíes de pie a su lado.

—Su Majestad... —comenzó el joven de cabello índigo con puntas negras y ojos color azul marino —Dante Ludwig Phantomhive, a su servicio...

Sebastian pareció dejar escapar un suspiro que había retenido por mucho tiempo al escuchar al menor. Agradeció su repentización para resolver la situación de la manera menos incomoda posible, puesto que, si debía ser honesto, se hubiera escuchado sumamente extraño que el muchacho llevase también su apellido. A pesar de que así era, excepto que, ante la sociedad, Dante era simplemente el hijo adoptivo de su amo Ciel. La Reina Victoria había descubierto la verdad eventualmente por el simple hecho de que era alguien de suma confianza para el Conde. La cual, de hecho, era mutua. La voz del Rey llamando a su hijo lo sacó de sus cavilaciones y volvió la mirada al frente, donde observó a Dante caminar una vez más hacia el monarca, hincándose sobre su rodilla ante él. En ese instante, el ya veterano Rey lo nombró, oficialmente, Vizconde. Sebastian recordó en ese instante el haber atendido la ceremonia de nombramiento de su pareja, aunque, en esa ocasión, había optado por guardar distancia de él. A pesar de la sugerencia de Madame Red. No habían pasado más que un par de días desde que se convirtieran en amo y sirviente en ese entonces; simplemente, no lo había considerado respetuoso de su parte.

Anime One-ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora