La Maldición del Cuervo

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Día 3

Juntos

Título: La Maldición del Cuervo

Fandom: Naruto-Card Captor Sakura (Crossover)

Ship Principal: SakuraxSyaoran

Personajes Principales: Eriol, Tomoyo, Yue, Keroberos, Itachi, Konan, OC

Advertencias: AU Canonverse. OoC. OC. Muerte de Personaje

Sinopsis: Una maldición producto de una venganza y una obsesión acaba recayendo no solo en su objetivo primordial, sino, además, en un hombre ajeno incluso al mundo al que pertenece quien ha proferido dicha maldición. ¿El precio? Alejarle de la mujer que ama.

Residencia Hiiragizawa, Londres

- Alguien allí afuera te busca, Eriol-kun...

Mencionó la mujer de cabellos y ojos granates, en un tono que al hombre a quien se dirigía, así como a su acompañante y esposa, les resultó de genuino desconcierto. Algo para nada habitual en Ruby Moon, una de las creaciones del poderoso hechicero de cabello negro y ojos azules. Eriol Hiiragizawa asintió, pidiéndole a la mujer que se retirara tras agradecerle aunque, antes de que se levantara de su sillón para recibir a quien le esperaba, Tomoyo Daidöuji lo tomó de la mano, admitiendo que tenía un mal presentimiento respecto de quien fuera la persona que lo buscaba, ya que no percibía ninguna presencia familiar. En otras palabras, dudaba que se tratara de alguno de sus amigos. Por otra parte, y hablando de sus amigos, llevaba un largo tiempo sin saber nada de Sakura y Syaoran. Y eso la tenía aún más preocupada.

- Lo sé, Tomoyo... -admitió Hiiragizawa –También yo lo estoy. Pero, por alguna razón, tengo la impresión de que quien está allí al otro lado pueda tener alguna respuesta. Aunque no estoy seguro...

Finalmente, la mujer de cabellos negros con destello púrpuras y ojos amatistas lo dejó ir, deseando, muy en el fondo de su corazón, que su esposo estuviera en lo cierto respecto a sus últimas palabras.

Eriol se dirigió a la puerta de la mansión y, apenas la abrió, vio lo que sólo pudo describir como una especie de ave volar rápidamente sobre su cabeza. Ignorando aquello de momento, volvió su atención a la entrada, encontrándose con una figura visiblemente masculina, ligeramente más alta –e incluso delgada- que el mismo y cuyo único rasgo visible era su rostro casi tan pálido como el de Tomoyo y sus curiosos ojos escarlatas. Curiosos, no precisamente por su tonalidad, ya que ninguna de las criaturas que le rodeaba, e incluso su propia esposa, tenían lo que se dijera una tonalidad natural. En realidad, el único ser más que persona que podría decirse que tenía un color de ojos normal era su Guardián del Sol, Spinel. Una enorme criatura parecida a una pantera con intensos ojos azul noche. Sin embargo, lo que realmente atrajo al instante la atención de Eriol respecto de los orbes del hombre frente a él fue que estos parecían tener tres pequeñas marcas semejantes a comas rodeando sus pupilas. Se sacudió rápidamente de esos pensamientos por demás banales e inmediatamente pidió al hombre frente a él que ingresara, admitiendo que, aunque no estaba seguro de cómo habría viajado hasta allí, si podía afirmar que no parecía alguien habituado a inviernos tan crudos. El desconocido accedió a la invitación, agradeciendo la misma con una leve inclinación de su cabeza y, tras quitarse las botas sobre la pequeña alfombra más que tatami junto a la puerta, removió la capucha que ocultaba su rostro, señalando finalmente que temía que no le creería si le mencionara quien –y que- era en realidad y como había llegado allí. Eriol sonrió, preguntándole si se había dirigido allí sin saber con quién se encontraría. Es decir que, imaginaba, había ido específicamente a verlo por alguna razón en especial.

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