3. Un Trato Justo

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De: Liz.

¿Tienes libre mañana?

Te necesito todo el día con Hannah.

Me levanto los lentes de sol y me los dejo sobre la cabeza mientras respondo el mensaje de Liz confirmándole mi asistencia. Llevo poco más de un año trabajando con esa familia, parecen estar contentos con mi forma de trabajar y yo con ellos como jefes, además Hannah es un angelito. Lo único negativo de trabajar con los Sinclair es tener que verle la cara al idiota de su primogénito, por todo lo demás es un buen empleo.

—Según esta cosa mi alma gemela es Tom Holland. — Ash baja la revista y nos mira sobre sus lentes oscuros—. ¿Y ese quién es?

Querido Dios, perdónala tú porque los simples mortales no podemos perdonar ese sacrilegio.

—El hombre araña. — Frunce el ceño al escucharme—. El que anda con los vengadores. Te llevé a cine a ver la película, Ashley, haz memoria.

Se queda pensando unos segundos y al final, nada, no parece recordarlo de nada.

—Lo siento, estaba muy ocupada apreciando a la cosita bella de Iron Man. — Se muerde el labio—. Es que es como el vino, con el tiempo solo se pone mejor.

Le envío el mensaje a Liz, me guardo el celular en el bolsillo trasero del short y vuelvo a tumbarme en la silla para disfrutar el sol. Técnicamente estoy castigada, ya no por las vacaciones sino por lo que queda de año, se supone que no puedo salir de la casa sino a lo estrictamente necesario, pero mi mamá no está este fin de semana y mi abuela es un poco más fácil de convencer, por eso estoy hoy aquí en casa de Ash junto con el resto de mis amigas tomando el sol en el frente de su hogar en donde pusimos una piscina inflable, sillas y comida para disfrutar un lindo día de verano.

—Yo también quiero hacerlo. — Beck le arrebata la revista para hacer el test—. ¿Alguna tiene un bolígrafo de otro color?

Rebecca y Ashley son adictas a esas cosas, adoran perder el tiempo con las revistas y sus test. Nia no responde porque hace un rato se quedó dormida, es que ser madre soltera, adolescente y además trabajar, no es fácil, esa mujer se lleva todo mi respeto; por otra parte Lee está ocupadísima jugando en la piscina con Bowie y sus muñecas. Novalee es de apariencia ruda e intimidante, pero por dentro es más dulce que la miel.

—Yo, — me levanto de la silla — pero está en mi bolso y lo dejé...

En el cuarto. Pierdo la concentración al mirar hacia la planta superior de la casa y ver en una de las ventanas una figura que intenta ocultarse tras las cortinas. Eres todo un acosador, Zeke Donovan. Al instante un foquito se ilumina en mi cabeza y la idea llega sola.

—Voy a buscarlo y de paso también pongo a cargar el celu.

Antes de que alguna de las dos me cuestione algo ya voy de camino hacia la casa. No hay nadie más aparte de él adentro, su papá se fue hace un rato a la tienda y según Ashley, Zeke tiene el turno de la noche en el local, así que ahora mismo debería estar descansando, cosa que obviamente no está haciendo por andar espiándome.

Para eso sí tiene valor, pero no para responderme una simple pregunta, yo solo quería que me dijera si era virgen o no, en lugar de eso salió corriendo como si el mismísimo diablo se le hubiera presentado.

Llego a la segunda planta y en lugar de doblar a la izquierda para ir a la habitación de mi amiga, lo hago a la derecha y me planto frente a la primera puerta. Zeke abriendo en tres, dos, uno. Suena un «clic» primero, luego el pomo se gira, la puerta se abre y ahí aparece Ezekiel Donovan con toda la intensión de salir del cuarto para ir a encontrarse «casualmente» conmigo y aprovechar el momento para verme en vestido de baño, porque eso es lo único que llevo puesto en la parte de arriba.

El club de las niñas mal: Bea Libro I 🩷 [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora