Nota: Estamos en doble actualización, antes de este hay un capítulo más. Disfruten la lectura.
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Si me pidieran describir en tres palabras mi primer beso con Zeke serían:
Torpe.
Tímido.
Conservador.
El beso más inocente de mi vida, pero no por eso fue malo; para ser honesta fue bueno, su falta de experiencia es evidente, pero le pone bastante empeño y aprende rápido. Ha besado antes, eso me queda claro, pero aun así hay un largo camino por recorrer, tengo mucho para enseñarle.
Mantengo el agarre firme sobre sus mejillas, y luego de detenernos unos segundos a recargar oxígeno, volvemos a besarnos, pero ahora comienzo a marcarle un ritmo más intenso y profundo, él por su parte intenta seguirme y no desaprovecha el momento para poner en función su lengua. No es un experto, pero la utiliza bastante bien, no voy a quejarme. Pierdo la noción del tiempo, no sé cuánto tiempo duramos besándonos, lo que sí sé es que llegamos a un punto en el que ambos queremos más, pero lo raro en medio de todo es que él no haga el mínimo intento por buscar ese «algo más», desde el segundo uno sus manos se quedaron ancladas a mis caderas y de ahí no se movieron más.
Ni Allen era tan conservador, y eso que en ese entonces ambos éramos unos novatos en el tema, no desaprovechaba nuestros encuentros para tocarme mientras nos besábamos.
—Lo estás haciendo..., — hablo en medio del beso, — muy..., — choco sus labios con los mío varias veces de forma rápida, — muy bien.
Deslizo las manos por su cuello y hombros hasta llegar al pecho para dejar mis palmas ahí sintiendo lo rápido que le late el corazón y lo descontrolada que está su respiración.
— ¿Por qué?
Entiendo la pregunta tan pronto la hace, «¿Por qué lo hago? ¿Por qué ahora?» preguntas lógicas teniendo en cuenta que nos conocemos hace años y que nunca mostré el más mínimo interés por él de otra manera que no fuera como amigo.
—No sé, — soy honesta, — ¿Te molesta? ¿Quieres que pare y lo deje?
—No, — se pasa la lengua por los labios inflamados, rojos y maltratados por tanto besarnos, — por supuesto que no.
Me inclino una vez más sobre él y le doy un beso rápido.
— ¿Quieres saber qué nota te sacaste en la lección de hoy? —Asiente mientras me aparta el cabello de la cara—: Nueve. Hay algunas pequeñas cosas para perfeccionar, pero lo hiciste muy bien en términos generales, eres el mejor alumno que he tenido.
Y el único. Con excepción de Allen, solo he salido con chicos con experiencia que se han encargado de enseñarme todo lo que sé y que ahora pretendo enseñarle a él.
—Eres muy bonita.
Se queda embobado mirándome y no entiendo por qué viene eso al caso si estábamos hablando de la lección y no de cómo me percibe, porque en los ojos de Zeke soy una modelo de Victoria's secret, su opinión sobre mi belleza es cero objetiva.
—Gracias. —Le planto un beso en la mejilla—. ¿Bailamos? — Sus cejas se hunden con preocupación, — si mal no recuerdo me debes un baile desde mi cumpleaños porque ese día me diste puras evasivas y me dejaste plantada.
—No sé...
—Yo te enseño. — Me levanto y lo tomo de la mano para invitarlo a hacer lo mismo—. Te prometo que soy tan buena maestra de baile como de besos, solo déjate guiar por mí.
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El club de las niñas mal: Bea Libro I 🩷 [TERMINADA]
Teen FictionBeatrice Ramírez es sinónimo de caos. Problemática, impulsiva, rebelde e ingobernable. Son muchas las opiniones sobre Bea, pero todas coinciden en algo: Bea es una niña mal.