— Te ves como si estuvieras en la mismísima mierda.
Recojo mis pertenecías en la ventanilla y me hago a un lado para que la siguiente persona en la fila pueda hacer lo mismo. Ashley se acerca, agarra su bolso y revisa que todo esté ahí: el celular, su brillo labial, la cajetilla de chicles, un par de billetes y unas monedas, sus lentes de sol y condones. Muchos condones.
— Me siento peor que eso, Ash.
Un segundo más en ese hueco llamado celda y no sobrevivo. Obviamente no esperaba una suite de lujo, pero estuve doce horas ahí metida y ni siquiera una llamada me dejaron hacer, igual no tenía nadie a quien llamar porque a mamá ni loca, pero me hubiera gustado ser tratada en igualdad de condiciones.
Luego de que Joyce me agarrara por el pelo, de que Lee se metiera, que las amigas de Joyce se metieran y que Ashley también se involucrara, el infierno se desató. Golpes iban y venían, arañazos, tirones de cabello, uñas rotas, etc., etc., etc. Todo se descontroló, el chico con el que Ash se estaba besando — dueño de la casa, supimos luego— resultó tener novia, otra batalla campal inició en otro frente, así una cosa llevo a la otra y en minutos todo fue un caos, y los vecinos llamaron a la policía.
¿El resultado?
Lee, Ash y yo detenidas. Sí, solo nosotras porque el dueño de la fiesta declaró que nosotras habíamos iniciado todo, que ni siquiera éramos invitadas y que además éramos agresivas. Por fortuna Novalee lo golpeó y le rompió la nariz, una sutil muestra de lo «agresivas» que podemos llegar a ser.
¿Y Cameron? Bien, muchas gracias, huyó como la rata cobarde que siempre ha sido. Apareció horas después para ver en que podía ayudarme. Lo mandé a la mierda, claro que sí.
—Te entiendo, yo no siento las nalgas, ese catre parecía una tabla. — Se masajea sin pudor el trasero—. Y eché a perder mi manicura, — se observa las uñas, — habían quedado lindas.
Hace un puchero y eso me roba una sonrisa. Lo bueno es que a pesar de lo miserable de nuestra situación nos tenemos la una a la otra.
— ¿A qué hora dijeron que dejan salir a Lee?
Como si la hubiera invocado, Novalee aparece por el pasillo y luce peor que Ash y yo juntas. Tiene rastros de sangre seca en la ropa, el cabello revuelto, el delineador y el rímel corridos, arañazos en la mejilla derecha, un moretón en el pómulo izquierdo, sin un zapato y con parte de la blusa desgarrada dejando apreciar su sostén negro. Parece salida de un apocalipsis zombi. Lo importante es que luce orgullosa sus heridas de guerra y camina con la frente en alto.
»— La reina ha llegado. — Digo al verla venir.
Se despide cordialmente de los oficiales cuando le abren la puerta.
— ¡Mis novias! — Grita al vernos y nos abraza a ambas tan pronto nos tiene al alcance de sus brazos—. Mis bebés.
Lo de «Novias de Lee» surgió cuando estábamos como en sexto grado y a algún idiota le pareció gracioso esparcir el rumor de que Novalee Knox había creado un culto pagano en el cual era la líder y las chicas que nos juntábamos con ella la adorábamos, al punto de que habíamos hecho un pacto de sangre para sellar nuestro amor. Hasta los maestros lo creyeron, a mi mamá la citaron por cuenta de eso, a los padres de Ash, Nia, Lee y Becky también, fuimos la sensación por semanas, al final el cotilleó cesó, pero Lee siguió llamándonos así, tenemos un grupo de WhatsApp y todo.
— ¿Quién viene a buscarnos?
Pregunto mientras reviso el móvil y encuentro los mil y un mensajes que me ha dejado mamá. Debe estar pegada al techo porque mi abuela le avisó que no llegué a dormir, debe estar más allá de sus niveles normales de cabreo. Tenemos reglas, siempre nos decimos a dónde vamos, con quién y a qué horas regresamos, nuestra relación no es la más sana, pero tenemos claro que solo nos tenemos a nosotras y que debemos cuidarnos. Sigo revisando y hallo treinta llamadas de la abuela, otra que me va a colgar cuando llegue a la casa.
ESTÁS LEYENDO
El club de las niñas mal: Bea Libro I 🩷 [TERMINADA]
Novela JuvenilBeatrice Ramírez es sinónimo de caos. Problemática, impulsiva, rebelde e ingobernable. Son muchas las opiniones sobre Bea, pero todas coinciden en algo: Bea es una niña mal.