28. Plop Twist

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Yo: Ya cumplí, ahora me toca.

Regreso a la cama y me tumbo a esperar su respuesta, que no tarda nada en llegar porque está igual de enganchado con el juego que yo.

Zeke: ¿Verdad?

Por supuesto que diría eso luego de medio encuerarlo con el reto anterior.

Yo: ¿Preguntas o afirmas?

Zeke: Verdad.

Él no tiene idea de con quién aceptó jugar, podremos estar lejos y a plena luz del día aún, pero eso para mí no es un obstáculo, menos ahora que estoy sola en la casa, mala suerte para él que está en horas de trabajo.

Yo: ¿Te has tocado pensando en mí?

Creo que lo maté.

Yo: ¿Hola? ¿Sigues ahí?

Los segundos pasan y no hay señal alguna de él o su respuesta, pasan dos eternos minutos hasta que al fin se manifiesta.

Zeke: Eres malvada.

Zeke: ¿Tienes idea de lo que tus fotografías y este tipo de preguntas provocan en mí?

Interesante, revivo a los muertos, no sabía que tenía esos alcances. 

Zeke: Siempre estás presente tú.

Leo el mensaje que acaba de llegar y lentamente dejo el celular sobre mi pecho mientras proceso esa respuesta. De repente hace muchísimo calor aquí. Respiro profundo y vuelvo al ruedo.

Yo: Soy tu oscura fantasía ¿Eh?

Zeke: Finge estar sorprendida, así me siento menos acosador.

¿Yo por qué fue que empecé a escribirle? Ah, cierto, necesitaba que me explicara un par de ejercicios de física que no he podido resolver.

Zeke: ¿Pero sabes? Desde que lo hiciste tú, hacerlo por mi cuenta no es igual.

Ave María purísima. Me quiere matar. Quiere aniquilar esta pobre alma pecadora de la faz de la tierra.

Yo: Eso me suena a psicología inversa.

Yo: ¿Acaso estás haciéndome algún tipo de invitación indecorosa?

Ya llegados a esta instancia no tenemos nada que perder, así que me lanzo de lleno y sin paracaídas:

Yo: Porque imagina que si así te dejaron mis manos, lo que pasaría si uso la boca.

Activo la cámara y le regalo un primer plano de mis labios pintados de rojo cereza con el pulgar tocándomelos de forma sugerente. La respuesta es inmediata y contundente:

Zeke: Esto te va a salir caro, Pinky.

La burbuja se estalla al escuchar la melodía del timbre llegando a todos los rincones de la casa. Me levanto de golpe, recojo la camiseta del suelo y me la coloco a carreras para ir a abrirle la puerta al zopenco de Wyatt que botó las llaves. Bajo corriendo las escaleras y antes de abrir me miro en el espejo que puso mi mamá en la estancia para comprobar que no hay ningún signo exterior que muestre la revolución en mi interior ocasionada por Ezekiel, al encontrar todo en orden abro.

El club de las niñas mal: Bea Libro I 🩷 [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora