70. Heroína

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—Estoy tan decepcionada de ti. — Ashley le pone fin a los cinco minutos de paz—. Te dije antes de salir: «no te acerques a Bea, mantente lejos de ella» ¿Y qué es lo primero que haces al verla? Vas y la buscas. En serio no logro entender cómo funciona tu cabeza, Zeke ¡¿Cómo dejas ir a Laura?! ¡¿Cómo?!

Dejo de buscarle pulgas a Tesla y la libero para que se acomode en las almohadas, luego fijo la mirada en la rubia histérica que me siguió hasta la habitación, porque, obviamente no fue suficiente con el monologo que me dio al llegar ni exigirme que le contara lo que había pasado. Cinco minutos fue todo un récord, se resistió mucho, imaginé que tardaría menos en venir tras de mí, admiro su fuerza de voluntad.

—Ashley, es casi medianoche ¿En serio quieres discutir ahora?

No sé si lo que me causa terror es la idea de pelearnos de forma irremediable o verla con ese espantoso pijama de animal print color púrpura neón, con la cara cubierta con ese líquido viscoso del mismo color del pijama y la cabeza llena de rulos.

— ¿Siempre estás anotado al club del sufrimiento o cómo funciona contigo, Ezekiel?

Quiere pelear, no hay duda.

—Ashley...

— ¡Ashley, nada! — Me dejo caer hacía atrás en el colchón—. O sea, la viste y los dos o tres últimos meses jamás existieron ¿No? — Agarro una almohada y me la coloco en la cabeza—. ¿Cómo puedes olvidar tan rápido lo que te hizo? Te enamoraste de Bea o directamente te hizo una lobotomía, explícamelo porque te juro que no te entiendo.

—Ella no me ha hecho nada, no con intención.

—Es que definitivamente no eres más bruto porque ya te es físicamente imposible. — Escucho sus pasos de un lado a otro por el cuarto—. ¡Se fue sin avisarte, por amor de Dios! — Grita, — cambia de número y no te lo dice, te bloquea de todas las redes sociales, vas a buscarla y te trata peor que un perro callejero ¡¿Qué más necesitas que pase para darte cuenta que ella no es para ti?!

Elijo callar para no engancharnos en una pelea de palabras que puede salirse de control al mínimo error. Ashley no lo entiende, nadie lo entiende, todos me dicen «Aléjate, dale tiempo» o simplemente «aléjate, busca otros horizontes», como si fuera tan fácil alejarse y olvidar que el amor de mi vida está sufriendo, porque sus ojos me dicen lo mucho que ha sufrido y que sigue sufriendo, lo mucho que le duele y lo agotada que está. Me lo han dicho mis hermanas, mi mamá, mis amigos, hasta la misma mamá de Bea, lo que ninguno de ellos entiende es que cuando me comprometí a estar con Pinky lo hice de todas las formas posibles, incluso en los momentos difíciles, no voy a salir huyendo ante el primer altibajo sólo para hacerme la vida más "fácil".

Sí, ha sido difícil, y no voy a mentir, todo me ha dolido, cada acción más que la anterior y por momentos siento que no vamos a lograrlo, pero luego pienso en ella y todas las dudas desaparecen. La veo y todo vuelve a tener sentido, porque sí, puedo hacerme la vida más fácil, alejarme, olvidar todo, conocer nuevas personas, y tal vez funcione, pero al final seguirá faltándome algo para sentirme completo, y ese «algo» tiene nombre, apellido y la sonrisa más jodidamente bella del universo.

»—Oh, genial, ¡¿ahora a quién diablos se le ocurre llamar?!

Ignoro su constante flujo de palabras y me levanto para ir por el móvil que suena en el escritorio en donde lo dejé cargando. Me sorprende ver el nombre de Graham en la pantalla, hace meses tengo su número guardado y nunca me había llamado, sólo habíamos intercambiado algunos mensajes, básicamente porque él era mi única forma de saber algo sobre Pinky, porque su mamá me decía lo básico y de resto puras mentiras para hacerme sentir menos miserable por continuar estancado e ignorado.

El club de las niñas mal: Bea Libro I 🩷 [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora