85. Resaca

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La noche se pasa volando. En un pestañeo la fiesta se ha terminado, lo cual es justo porque es ya bien entrada la madrugada, casi todo el mundo se ha ido, empezando por los recién casados que se fueron hace un rato y ya deben estar de camino a su luna de miel, Wyatt se fue hace como una hora con mi abuela, la suya y Jude, Becky y su familia se llevaron a Lee y a Joyce para de camino dejarlas en casa de los Knox, y así uno a uno se fueron yendo hasta nada más quedar Tom Graham, Miles —que es quien está lidiando la borrachera de Mark—, Holly, Allen y Ashley.

Así como lo escucharon. Sobreviví. Un poco de esto, un poco de aquello, un tris de chantaje, un poco de extorción, algo de aquí y algo de allá. Nada que no se pudiera arreglar hablando como los adultos que somos todos. Ellos están bien, yo estoy bien. Todo perfecto.

— ¿Nos vamos? — Digo en medio de un bostezo, — estoy agotada.

—Claro que lo estás, no te quedaste quieta un minuto en toda la noche. — Zake termina de ayudarles a Allen y a su papá a cerrar el restaurante—. Vamos.

— ¿No quieren que los llevemos? — Tom pregunta, — vamos para el mismo lugar y en el auto hay espacio, Allen puede irse en el maletero con Miles.

Sí, los Graham son ese tipo de familia, bastante peculiares.

—Preferimos caminar, gracias. — Respondo de forma gentil—. Queremos tomar el aire fresco y ver las estrellas, así como cuando nos estábamos empezando a enamorar.

No estoy segura si eso pasó o si son los shots que me tomé hablando por mí, aunque sí puedo recordar más de una noche con Zeke, en este momento me llega a la mente esa en la que mi mamá nos atrapó infraganti, en la que hubo un caos monumental, seguida de una de mis escenas de rebeldía que terminó con una propuesta de noviazgo de mi parte y con ambos durmiendo en su auto en el estacionamiento de la tienda. Lo nuestro no ha sido muy convencional que digamos, pero no me arrepiento ni le cambiaría nada, amo nuestra historia con todos sus altos y bajos.

—Preferimos caminar. — Me sigue la corriente.

Estamos disfrutando al máximo el tiempo juntos, saliendo solos o con amigos, haciendo planes o sólo pasando el rato por ahí, ese ha sido el itinerario el último mes y medio, también hemos tenido planes con su mamá y con mi familia, no hemos desperdiciado ni un solo minuto en lo absoluto.

—Yo los acompaño. —Ashley sale de su mutismo—. Me voy adelantando. Gracias por todo, adiós.

Su hermano se le queda viendo extrañado, que nos determine luego de más de dos meses ignorando nuestra existencia es un cambio demasiado drástico para una sola noche. Me mira y finjo estar desentendida del tema. Negocios son negocios, soy una mujer de palabra y mantendré mi silencio tanto como sea posible, al menos hasta que regrese mi mamá y le cuente el chisme, a ella le importa en lo más mínimo lo que pase entre Allen y Ashley así que no se lo contará a nadie, pero yo me habré liberado.

Nos despedimos de los Graham y tomamos nuestro camino hacia la casa de los Donovan, Ash va unos metros delante de nosotros ensimismada en sus pensamientos, o ignorándonos deliberadamente, esa posibilidad también es válida. Estoy descalza, no quiero saber de tacones en un largo, muy largo, tiempo, me subo a la acera, me coloco la chaqueta del traje de él que me prestó para abrigarme, agarro la falda del vestido en una mano y con la otra tomo la mano de mi novio para sostenerme mientras camino sobre el borde poniendo un pie delante del otro haciendo equilibrio.

—Esto me recuerda a cuando me pediste que te enseñara a andar en patineta. — Rememora con una sonrisa—. Hiciste algo parecido para probarme que tenías el suficiente equilibrio como para subirte a la tabla.

El club de las niñas mal: Bea Libro I 🩷 [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora