45. Bajar La Guardia

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—La diferencia no será mucha. — Deja de ver a la nada y me enfoca por primera vez desde que terminé de hablar—. Tal vez en unos años acabemos siendo familia, Bo será un poquito mayor, pero no pienso oponerme a eso y les doy mi bendición desde ya. Tu hija y mi hijo juntos, a menos no aspiro en esta amistad.

Poco a poco una sonrisa va apareciendo en su cara hasta que le es inevitable reírse de mis tonterías, agarra el trapo de secar los platos y me lo arroja.

—Estúpida. — Me salpica con el agua enjabonada del fregadero en donde está metida Bo con sus muñecas—. Esto es serio, Bee, no deberías bromear al respecto.

Eso es cierto, como diría mi abuela, el palo no está para cucharas en este momento.

—Ya sé, — Me recargo contra la pared tras de mí, — pero así soy yo y lo sabes, además me ayuda a aligerar la carga y a no tener una crisis de ansiedad, si no lo hago acabaré sobre pensando y colapsando.

Y vaya carga la que tengo sobre mis hombros en este momento, porque sí, con la primera prueba me quedé en shock y luego entré en negación, pero después de hacerme esas otras tres que compró Zeke, ya cualquier mínimo rayo de luz al final del túnel desapareció por completo y confirmé que existe un pequeño Pinky, como lo llama él, creciendo dentro de mí.

No estoy en etapa de negación, pero creo que aún no asimilo la noticia del todo, eso explicaría por qué ha sido Ezekiel quien ha tomado el control de la situación y ha tenido mente fría para pensar en todo, hasta en llevarme con una doctora para que me examinara y chequeara que todo esté en orden, y lo está para el tiempo de embarazo que tengo, salvo la anemia que me encontraron con los análisis de sangre, eso explica por qué duermo tanto y por qué me quedo dormida en cualquier parte.

—Quiero golpearte, pero agradece que Bowie está aquí y que estoy trabajando en quitarle la manía de resolver todo a los golpes con los otros niños de la guardería.

La mencionada hace el intento de llorar cuando la música se termina, pero su mamá es rápida y le da play de nuevo a esa playlist de BTS. Jamás dejen a sus criaturas al cuidado de Ashley, este es el resultado... Maldición, ese espécimen estará relacionado de forma directa con mi criatura, a partir de ahora a rezar para que se parezca a Zeke y no a sus tías, porque a Audrey también le faltan varios jugadores en el equipo.

— ¿Cómo lo supiste? — Deja de ver a su bebé y se enfoca en mí, — lo que querías hacer, seguir o... acordamos tomarnos unos días para pensarlo y sinceramente no he pensado nada, como que a ratos me digo «voy a hacerlo, puedo hacerlo», pero después aparecen de nuevo todos esos «Y si...».

Deja a Bowie con los juguetes en la improvisada bañera y se sienta del otro lado del mesón tal y como estoy yo, así ambas quedamos custodiando a la pequeña niña con pulmones de Godzilla, amante del agua y del K-pop.

—No lo sé, — le doy la mirada de «¿Me estas jodiendo?», — supongo que la historia habría sido distinta si Lia no le hubiera dicho a Ria que me la pasaba vomitando en la escuela, si mi hermana mayor no hubiera sido una soplona con mis papás la historia seria otra.

— ¿Estás diciéndome que no elegiste la maternidad?

— ¡Tenía dieciséis ¿Qué esperabas?! — Entorno los ojos, — la única noción que tenía de maternidad era por esas muñecas que Lia y yo compartíamos de niñas en el centro de acogida.

Carajo, yo ni las muñecas cuidé porque no me gustaban y acababan sin pelo, sin ojos y rayadas por todas partes con rotulador.

— ¿Entonces por qué seguiste adelante?

El club de las niñas mal: Bea Libro I 🩷 [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora