Me bajo la capucha de la sudadera al llegar al Rainbow. Dentro del café el ambiente es cálido y festivo como siempre, Tom, el papá de Allen se encuentra tras la barra atendiendo a algunos clientes mientras en el escenario se encuentra su otro papá tocando junto a él y su hermana se encarga de cantar. Allen tiene dos papás, ambos de sexo masculino, Tom y Mark Graham. Una bonita familia con dos padres y tres hijos, algo absolutamente normal hoy en día, pero la sociedad aún no está preparada para tener esa conversación porque siguen siendo de mente cerrada y machista.
Levanto la mano como saludo a Allen y voy a sentarme en la barra a esperar a que llegue el momento de su receso. Su familia es dueña del café, bueno, empezó como café hace unos años, pero Rainbow ahora es un restaurante/Bar con música en vivo y abierto a todas las personas. El nombre del local cobra sentido si lo asocias a que son una familia arcoíris, una familia diversa muy orgullosa de serlo, aunque eso no ha evitado sufrir el acoso y la persecución por parte de esos que se rasgan las vestiduras al verlos ser felices, pero a pesar de todo han sabido manejarlo de la mejor manera y sobreponerse.
—Hola, Bea. — Tom se acerca al verme, — ¿Te sirvo lo de siempre?
—Hola. Sí, por favor, lo de siempre.
Tom me regala una sonrisa y comienza a trabajar en mi bebida. Desde que me conocieron, primero como amiga y luego como novia de Allen, me han tratado muy bien, me han acogido como un miembro más de la familia y eso no cambió a pesar de que hayamos dejado el noviazgo, con todos me llevo superbién. Me uno al aplauso del público cuando la canción termina y los músicos bajan del escenario. Los Graham son una banda buenísima, hacen covers de canciones, Holly es la voz y el bajo, Allen se encarga de la guitarra y Mark de la batería; Miles, el hijo menor, a veces los acompaña en el bajo y los teclados, pero es más común encontrarlo atendiendo las mesas o haciendo domicilios.
— ¡Hola, Bea, que gusto verte! —Holly me saluda a los gritos y como la efusiva que es no duda en abrazarme, — ¿Ya probaste el nuevo menú? ¡Incluimos platos vegetarianos!
Su parecido con Allen es increíble, mejor dicho, el de Allen con ella porque Holly es la mayor, All es el hijo del medio.
—Sólo ella hace uso de ese menú. — Allen me besa en la frente como saludo—. Qué bueno que pudiste venir. — Se sienta en la butaca a mi lado—. ¿Estás bien?
Con solo verme sabe cuándo no estoy bien. Es una de las personas que mejor me conoce, no sólo porque fuimos novios, sino porque ante todo hemos sido amigos, con él siempre me he sentido en confianza para abrirme.
—Voy a pedir que te preparen algo. — Holly me libera—. Ni se te ocurra irte, no tardo.
Allen se queda viendo por un momento a su hermana mayor revoleteando de un lado a otro por el restaurante saludando a todas las personas que se cruza repartiendo su buena vibra.
—Es una hippie. — Niega y regresa la vista a mí—. Cuéntame qué pasó.
—Mi mamá, — bajo la mirada a mis manos que no han dejado de moverse estrujando la tela de la sudadera, — eso pasó.
En el pasado ella y yo tuvimos una buena relación, no perfecta, pero sí buena, las cosas cambiaron a medida en que fui creciendo y empecé a ser consciente de muchas cosas, tampoco ha ayudado su forma de ser conmigo, porque entiendo que no quiera que cometa los mismos errores que ella cometió y que espera que tenga un futuro diferente, que no repita la historia, pero sus métodos no han sido los mejores. No tenemos comunicación ni confianza, no tenemos nada, lo mejor que nos puede pasar a ambas es que cada una tome su camino, juntas nos hacemos demasiado daño.
—Ven aquí, — me toma de la mano y me jala para poder abrazarme—. Todo va a estar bien, Shak.
A veces solo necesitas escuchar que «todo va a estar bien», y tal vez no sea verdad, pero necesitas creerlo para poder seguir adelante. Tiendo a ser negativa, es ahí en donde es una bendición tener un Allen Graham en mi vida, porque él, a pesar de toda la mierda que ha tenido que soportar a lo largo de su vida, siempre ve el panorama con optimismo, me hace ver que el vaso está medio lleno y no medio vacío.
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El club de las niñas mal: Bea Libro I 🩷 [TERMINADA]
Teen FictionBeatrice Ramírez es sinónimo de caos. Problemática, impulsiva, rebelde e ingobernable. Son muchas las opiniones sobre Bea, pero todas coinciden en algo: Bea es una niña mal.