Cameron está en prisión.
No fue al día uno, ni dos, ni tres, al día ocho después de atacarme al fiscal al fin le pareció una buena idea pedir su detención y con el aval de un juez al fin lo hacen, en un día entresemana, en el estacionamiento de su escuela y ante la vista de todos los estudiantes. El pueblo entero está en llamas, el revuelo es total.
—Fue hermoso, — Wyatt me quita el celular y se lo guarda en el bolsillo, — no la clase de justicia que me gustaría que recibiera, pero admito que fui muy feliz al verlo esposado y en la parte de atrás de la patrulla.
Grabó todo de principio a fin y tan pronto salió de clase vino a darme la primicia, eso ya fue hace como dos horas, por eso el chisme ya le dio la vuelta al pueblo y todos están hablando sobre el hecho de que el gran Cameron Sinclair, hijo del alcalde, quarterback del equipo de fútbol, líder de los intocables, el sueño húmedo de muchos, está tras las rejas acusado de violación, secuestro y violencia de género. Es la noticia del año probablemente, no conozco aún a la abogada que contrató mi mamá, pero la amo, sin ella nada de esto estaría pasando y el caso seguiría estancado. Me dijo que se la recomendó una amiga, no va a cobrarnos tanto y está muy comprometida con la causa, creo que al fin estoy viendo una lucecita al final del túnel, minúscula, pero ahí está.
—No entiendo esa manía masculina por resolverlo todo a los golpes. — Joyce entorna los ojos—. La humanidad no se ha tardado millones de años en evolucionar para que ustedes sigan comportándose como simios. Lo importante es que por ahora está encerrado y que va a darse cuenta que esta vez no va salirse con la suya como siempre.
—Encerrado mientras sus papás pagan la fianza, — hablo al fin luego de estar un largo rato callada, — lo que probablemente harán en las próximas horas porque el dinero para ellos no es problema.
—No seas negativa, Betty, ponle un poquito de fe al asunto.
—No es ser negativa ni falta de fe, ma, — regreso a la cama para acostarme, — soy realista que es diferente. Conozco a Liz, sé que mete las manos al fuego por su hijo así sepa que es culpable, siempre está ahí para limpiar sus desastres.
—Eso es cierto, — la castaña me señala, — pero somos dos contra uno, eso cuenta ¿No?
Aun no me creo que Joyce, la persona que más me odiaba en el mundo hace unos meses, haya decidido apoyarme en mi denuncia, y más aún, que haya decidido adherirse al caso denunciando el maltrato del que fue víctima por parte de él mientras fueron novios.
—Claro que sí, — mi mamá no luce muy convencida, pero en fin, intenta darnos ánimos que es lo que cuenta, — ambas fueron víctimas de ese chico, no pueden simplemente desestimar sus denuncias así nada más, tu abogado y nuestra abogada están trabajando en construir un caso fuerte junto a la fiscalía.
Muchas cosas han pasado últimamente y sospecho que mi mamá no me ha contado ni la mitad, está empeñada en mantenerme encerrada en una burbuja para aislarme de la maldad del mundo.
—Y en cualquier caso, si eso no funciona siempre existen otras alternativas... — las tres volteamos a ver a Wyatt con reproche—. Vale, no golpeo a nadie ni tomo la justicia en mis manos.
Tanto Joyce como yo empezamos a darle el sermón sobre comportarse como un uga –uga, pero se ve interrumpido ante la llegada de un visitante más. Mi mamá al verlo no oculta su disgusto, lo tolera sólo porque la psiquiatra considera bueno para mí que él esté a mi lado en este momento.
—Hola. — Le sonrío a Zeke al verlo entrar—. Hey, bonita, que bueno que estés despierta.
Se acerca, como siempre, intenta besarme, y como todos estos días, acabo volteado la cara y aceptando sólo su abrazo. No es con él, es conmigo, todo en mi vida se volvió demasiado complicado en cuestión de horas.
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El club de las niñas mal: Bea Libro I 🩷 [TERMINADA]
Teen FictionBeatrice Ramírez es sinónimo de caos. Problemática, impulsiva, rebelde e ingobernable. Son muchas las opiniones sobre Bea, pero todas coinciden en algo: Bea es una niña mal.