El club de las niñas mal: Bea Libro I 🩷 [TERMINADA]

38. La Llamada

— ¿Quién es el mejor novio/maestro del mundo mundial?

Deja de vendarse los dedos, ir a entrenar pasa a un segundo plano, lo importante es ese examen de biología con esa gigantesca B roja en la hoja con mi nombre. No quiero desmeritarme, pero sin él jamás lo habría conseguido, la dedicación y la paciencia que me tuvo durante estas semanas explicándome tema por tema y respondiendo todas mis preguntas no son de este mundo, no cualquiera lo habría hecho, lo digo porque he tenido infinidad de tutores y ninguno, nunca, fue tan efectivo como él.

»—Para la próxima será una A. — Apoyo la barbilla sobre su hombro. — Vamos a seguir estudiando después de clases ¿No? Si sigo así mi mamá va a estar más que feliz, tal vez y hasta acabe aceptándote cuando sepa el bien que me hace andar contigo. 

Voltea a verme y me besa la mejilla. No lo saludé, ni siquiera le pregunté si estaba interrumpiendo algo, yo solo llegué como un tornado de la nada, pero en mi defensa diré que la emoción me pudo, en cuanto me entregaron el examen salí corriendo como loca y vine a dar al gimnasio en segundos. Es jueves y es uno de los dos días en los que tiene entrenamiento con el equipo de lucha, están preparándose para una competencia, por eso últimamente le han estado dedicando más tiempo del habitual a los entrenamientos, de eso depende que una universidad le ofrezca una beca deportiva, ese es el motivo por el que no vengo aquí a menudo y respeto sus espacios.

—La próxima será una A+, estoy seguro.

Él me tiene fe y eso hace que me enamore un poquito más cada día. Llevamos apenas dos semanas saliendo oficialmente, pero para mí ese tiempo ha sido el suficiente para darme cuenta que él es una de las mejores decisiones de mi vida y no sólo lo digo por las buenas calificaciones.

— ¿Te he dicho lo sexy que te ves con esa trusa? —Sonríe y niega—. Súper sexy, no puedo creer lo suertuda que soy por tenerte.

Cierro los ojos tan pronto sus labios tocan los míos. Llámenme loca, pero los besos como novios se sienten diferente, igual de ricos, claro, pero ahora son más ¿Intensos? ¿Apasionados? ¿Significativos? Un poco de todo, creo, por eso me roban el aliento y me ponen a temblar como gelatina.

—Tú eres mi suerte.

Es que él abre la boca y me derrito.

Me acerco de nuevo a besarlo, puedo hacerlo sólo unos segundos porque de la nada se escuchan chiflidos y gritos masculinos en el ambiente. Me aparto y veo a varios de sus compañeros de equipo ir llegando al vestuario, esas caras de sorpresa y esos comentarios es lo que hemos estado escuchando los últimos días, es que fue decirle a Ashley que su hermano y yo somos formalmente novios y a los minutos ya medio mundo lo sabía. La palabra «discreción» y ella aún no han tenido el placer de conocerse.

—Mejor me voy. — Doy media vuelta para irme y ahí me topo con la mirada llena de desdén de Jonah—. Te veo al rato, tengo tutoría con Miles Graham.

—Pinky. — Se levanta de la banca y viene a mí sin importar las burlas de sus compañeros, mucho menos las malas vibras de su mejor amigo—. Te quiero.

Vuelve a besarme y eso descontrola aún más a los chicos del equipo que nos chiflan, todos menos Jonah que prefiere irse. No sé muy bien cómo están las cosas entre ellos, no se hablan y Zeke pasa por completo de su existencia desde lo que pasó esa tarde entre él y yo en casa de los Reed, he intentado preguntar, pero la respuesta de él siempre es la misma: yo, su ahora novia, voy antes que todo y que todos. Lo cual me genera cierta satisfacción, pero tampoco quiero que renuncie a nada por mí, así sea Jonah y sea un idiota conmigo.

—Te voy a estar esperando. — Le doy un beso rápido. —Yo también te quiero.

Salgo de allí volando tan pronto se lo digo, porque aunque no fue tan traumático y complicado de decirlo como creí que seria, es algo nuevo para mí, las muestras de afecto y yo no somos muy cercanas que digamos, por lo tanto no se lidiar muy bien con ellas y prefiero evitarlas, mi lado cursi lo reservo para mi abuela nada más.