9. Cortocircuito

191 8 1
                                    


Zeke: Hola :3

Yo: Wow!!

Zeke: ¿«Wow» Por qué?

Yo: Porque jamás habías tomado la iniciativa para hablarme.

Zeke: ¿Si?

Yo: Síp. Siempre te había hablado primero yo.

Zeke: ¿Y te molesta que lo haga?

Yo: Para nada.

Yo: ¿Qué haces despierto a esta hora? Es muy tarde.

Zeke: Acabo de llegar del trabajo, ¿Y tú?

Yo: No puedo dormir 😩

Zeke: Que mal 😣

Zeke: ¿Te puedo acompañar?

Yo: ¿Estás seguro? Soy bastante intensa.

Yo: Y sufro de insomnio, me tendrás por aquí muchas horas.

Zeke: Me gusta cómo suena eso. Entonces, ¿De qué quieres hablar?

***

— ¿Regresaron las pesadillas? — Veo aparecer frente a mí un taza de té, — te vi despierta en la madrugada, eran como las tres de la mañana.

La abuela se sienta a mi lado en el sofá y eso es todo lo que necesito para posponer la lectura del capítulo de la historia de Becky. Normalmente ignoro a casi todo el mundo cuando me hablan, pero no a mi abuela, para ella siempre estoy disponible, no importa lo que esté haciendo o si estoy muy ocupada, para ella siempre estoy, así sea para pedirme que la acompañe a la iglesia o al mercado.

—Sólo no tenía sueño.

Recibo la taza y le doy un pequeño sorbo al té hirviendo, sabe a gloria en un día lluvioso y frío como el de hoy.

—Sabes que si no te sientes bien puedes decírmelo, si hay algo que te esté molestando puedes hablarlo conmigo, lo que sea, aquí estoy para ti.

Mi viejita bella.

Dejo la taza sobre la mesita de centro junto con el celular y luego voy a acurrucarme a su lado para que me acaricie el cabello como lo ha hecho desde que tengo memoria. Nota, si algún día estoy peinada, con los rizos rebeldes controlados en bonitos peinados con trenzas, es obra suya, de nadie más.

—Lo sé, — acomodo la cabeza en su pecho, — pero no es nada, no te preocupes.

Suelta el moñito que estaba sosteniéndome el cabello en un moño mal hecho para empezar a desenredar con los dedos cada rizo, hoy ni siquiera me peiné, apenas y me bañé. Hoy es uno de esos días en que tengo el ánimo por los suelos.

—Bien, pero no lo olvides, tu abuela está aquí. —Asiento mientras empiezo a cerrar los ojos complacida con las caricias, podré tener cincuenta años e igual esté será uno de mis momentos favoritos—. ¿Con quién hablabas? Tu risa fue lo que me despertó.

Los recuerdos de esos mensajes de Zeke aparecen y vuelvo a sentirme igual de bien a como cuando me los envió. Hablamos hasta las cuatro de la mañana cuando al fin el sueño me venció, contrario a lo que llegué a pensar, no me aburrí en ningún momento, hablamos por casi tres horas y estuve entretenidísima con su charla, me gustó mucho hablar con él.

El club de las niñas mal: Bea Libro I 🩷 [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora