Esta será una recopilación de shots, algunos largos y otros cortos, en los que sucederán cosas desde ir de cacería con los Winchester hasta revivir en el cielo al lado de Castiel, también bajarás al infierno con Crowley y quizás y digo solo quizás...
Aparqué en frente de un restaurante de hamburguesas. Eran las 6 de la tarde de un día de primavera cuando me tocó llevar el caso más raro de toda mi carrera como policía.
-No se preocupe señora Dameron, yo me encargo -tranquilicé a la señora que me había llamado-
El dueño de la tienda me enseñó el problema. Era un chico adolescente con la mirada fija en todo lo que le rodeaba como si nunca hubiera vista nada de eso en su vida.
Se agachó delante suyo y él me miró sin expresión en su rostro. Le ofrecí una sonrisa tranquilizadora.
-Hola, soy la Agente Rogers, no te preocupes te ayudaré, ven conmigo
Me levante dirigiéndome a la puerta y él me siguió en silencio. Entramos en el coche y fuimos a mi piso. No iba a permitir que pasara la noche en el calabozo sin saber quien era y lo que le había pasado. Nos sentamos a la mesa de la cocina.
-Voy a hacerte unas preguntas ¿Vale? ya sabes por el protocolo y todo eso
El asintió con la cabeza. Bien, una respuesta a un estímulo, vamos mejorando
-¿Cómo te llamas?
Lo pensó unos instantes antes de decir con una sonrisa :
-Jack, me llamo Jack
-Muy bien Jack, ¿Sabes donde están tus padres?
Su expresión se volvió oscura y difícil de descifrar mientras murmuraba.
-Mi madre está en el cielo y mi padre... no sé quién es
-Vale -dije con tranquilidad- ¿Hay lago más que me puedas decir sobre ti?
Entornó los ojos y de repente fijo la vista en mí, como si se hubiese acordado de algo de repente
-En realidad sí, tengo hambre
Me reí y señalé el armario donde guardaba los dulces.
-Como si estuvieras en tu casa -le invité-
Jack miró con desconfianza y luego se acercó al armario poniendo la mano sobre el tirador. Abrió la puerta y encontró una barrita de turrón. Miró el envoltorio color marrón y sonrió con el paquete en la mano volviéndose a sentar en la silla frente a mi.
Rasgó el envoltorio con cuidado y le dio un mordisco a la barrita. Paladeó el sabor en su boca y tragó con lentitud.
-Me gusta ¿Qué es? -preguntó curioso?
-Se llama "turrón"
-Me gusta el turrón -dijo con una sonrisa-
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En ese momento el teléfono sonó y descolgué al primer tono.
-Agente Rogers
Una voz de hombre me contestó al otro lado de la línea.
