"I KNOW, OKAY?"

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(ESTE SHOT ESTARÁ NARRADO DESDE LA PERSPECTIVA DE SAM, ESPERO QUE LO DISFRUTÉIS)


Llovía a mares y me estaba empapando, pero no me importaba. La melena pelirroja de Ahira era como un faro entre la oscuridad de la noche. Tenía que habérselo contado. La razón por la que no se había enterado es porque le había hecho prometer a Dean que no diría nada, que se inventaría una excusa lo suficientemente convincente para que ella se la creyera.

Pero es muy lista. La he subestimado, una vez más. 

-¡Ahira, espera, para! -grité, el agua se pegaba a mis ojos impidiéndome ver con claridad, peor no me importaba, tenía que llegar hasta ella-

-¡No Sam, me mentiste, los dos me mentisteis! -gritó dándose la vuelta- ¿Cómo habéis podido hacerme esto? Yo jamás os mentiría, JAMÁS -repitió a la vez que seguía avanzando-

No tuve más remedio que correr hacia ella si quería que dejara de caminar. Le agarré el brazo y la giré para que me mirase. Sus ojos verdes de clavaron en los míos cortándome la respiración unos segundos. Era preciosa, y yo la había cagado otra vez. Maldije para mis adentros antes de empezar a explicarme.

-Lo sé ¿Vale? -dije- sé que tenía que habértelo contado -hice una pausa- la razón por la que no te enteraste fue porque hice una promesa con Dean -expliqué, sus ojos me estudiaban a la espera de que siguiera hablando, y eso hice- le hice prometer que no te contaría nada de lo que estaba pasando

-¿Porqué? -preguntó apartándose el pelo mojado de la cara- ¿Porqué lo hiciste, Sam? Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea -las lágrimas empezar a brotar de sus ojos- ¿Porqué me lo ocultaste?

-No llores por favor -le pedí, sentí que mi corazón se partía en miles de pedazos cada vez que veía una lágrima deslizarse por su piel- lo siento muchísimo, más de lo que te imaginas -acuné su rostro entre mis manos limpiando las lágrimas con los pulgares- quería protegerte, mantenerte a salvo hasta que regresara 

-¿Dónde has estado? -sollozó, esbocé una mueca- cuéntamelo, por favor necesito -inspiró hondo- necesito saberlo 

-Estuve encerrado en el infierno -dije, y ella abrió mucho los ojos- con Lucifer, en una jaula 

-¿Y cómo es que estás vivo? -preguntó sorprendiéndome, pensé que me iba a echar la bronca de nuevo- ese tío es de lo peor 

-Si, lo es -respondí sonriéndole- pero ahora estoy aquí, he vuelto contigo -dije sonriéndole ampliamente- ¿No es eso suficiente? 

-Lo es -dijo acercándose para darme un suave beso en los labios- pero no lo vuelvas a hacer ¿Vale?

-Te lo prometo -susurré abrazándola- a partir de ahora no habrá más secretos entre nosotros 

La abracé y fue entonces cuando me sentí el hombre más feliz del planeta.


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