"DON'T MAKE ME DO IT" (PARTE 2)

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Dean hundió el cuchillo una vez en el costado del demonio. Le estaba costando hacerle hablar aunque había mejorado bastante desde la última vez que lo había hecho, y así se lo hizo saber su torturador. Aun así, el no notaba mejoría alguna, no cuando no había soltado todavía el nombre del demonio que estaba asesinando a los ángeles. 

Miró hacia atrás para ver a Castiel observando fijamente todos sus movimientos. Asintió con la cabeza y este le devolvió el saludo. Alastair notó su cambio de actitud al instante y aprovechó para meterse con él por ello. 

-Ah Castiel, es un pequeño angelito ¿Verdad?

Dean agarró un bote de sal y empezó a vaciarlo en una botella con ayuda de un embudo

-¿Qué quieres decir?

Alastair chasqueó la lengua con desagrado 

-¡Oh vamos Dean! He visto cómo lo miras, ambos sabemos que eso no va a acabar bien, un lobo no puede enamorarse de su presa, sería un baño de sangre

-Cállate -dijo apoyando el cuchillo en su mejilla provocando que un hilillo de sangre corriera por ella- 

La asquerosa risa del demonio reverberó por la sala haciendo que Dean presionase un poco más el cuchillo contra su piel. Sabía de sobra lo que estaba intentando hacer. Cabrearle. Y lo estaba consiguiendo. 

-Sería una pena que alguien le arrancará esas alas tan bonitas que tiene y se hiciera un precioso bolso plumoso, podría ser la nueva tendencia en el infierno ¿No te parece?

Esta vez el cazador no se contuvo y clavó el cuchillo en el costado izquierdo del demonio. Este lejos de quejarse se hecho a reír de nuevo. 

-He dicho que te calles. la puta. boca. -gruñó Dean, cansado de sus juegos- 

-Te he hecho una pregunta muy sencilla, que hasta tú, pedazo de mierda con piernas sabrías responder ¿Quién está matando a los ángeles? -cogió de nuevo el agua bendita y vertió una poca en un vaso mientras en la otra seguía sosteniendo el cuchillo-Te advierto que se me está terminando la paciencia

-¿Ah sí? Entonces es una pena que me tenga que ir ahora, con lo bien que nos lo estábamos pasando 

Dean arrugó los ojos sin saber que quería decir, pero entonces vio que la rueda de una de las cañerías se movía sola y una gota de agua fue a parar sobre la trampa que retenía al demonio, permitiéndole así salir de su prisión. El cazador asió el cuchillo con más fuerza, mientras Alastair salía del círculo. 

-Espero que te hayas divertido, ahora me toca a mi 

Le dio un puñetazo que le hizo chocar contra la pared de ladrillos que tenía detrás. Se recuperó a los pocos segundos, listo para clavarle el cuchillo. No lo consiguió en el corazón, pero si muy cerca de él. 

-Vaya -se quejó este sosteniendo el mango del arma que sobresalía de su hombro- eso ha estado cerca, te he enseñado bien 

-Vete al infierno -escupió Dean palpándose el ojo morado con un suspiro de dolor-

-Vengo de allí, ¿Porqué me iría? 

-Yo te obligaré a hacerlo -dijo Castiel irrumpiendo en la sala con la mano apuntando hacia el demonio-

Dean observó como el cuchillo en el hombro de Alastair se movía muy lentamente hacia su corazón. Este soltó un quejido de dolor y se apoyó contra la pared sosteniéndose para no caer al suelo. El cazador se levantó a duras penas y se colocó al lado del ángel.

-Última oportunidad, cabrón arrogante -gritó Dean- ¿Quién está matando a los ángeles? 

Un humo negro empezó a salir de la boca del torturador y una tercer voz se sumó a las tres que ya había. Sam alzó la mano haciendo que más humo saliera de la boca del demonio. 

SUPERNATURAL SHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora