Esta será una recopilación de shots, algunos largos y otros cortos, en los que sucederán cosas desde ir de cacería con los Winchester hasta revivir en el cielo al lado de Castiel, también bajarás al infierno con Crowley y quizás y digo solo quizás...
La situación era cada vez más tensa. Sam había ido a darse una ducha y María pensó que volvería a donde ella estaba pero no fue así. Así que sintió que el quería que fuera a buscarle. Por ello, se encontraba frente a la puerta de la habitación del hermano de su novio.
-Espera ¿Estás visible?
La risa ronca de Sam se oyó tras la puerta y Mery no pudo evitar pensar que era un sonido muy sexy.
-Lo estoy, aunque me da la impresión de que no es eso lo que quieres
No supo que contestar, por lo que entró sin decir nada. Inspiró con fuerza ante la imagen que tenía frente a ella. Sam no mentía cuando dijo que estaba visible, pero joder aquello era... era demasiado.
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No pudo evitar recorrer con la mirada las gotitas de agua que se deslizaban por sus marcados abdominales. La joven deseó que en lugar de las traicioneras gotitas, lo que se deslizase por el cuerpo del cazador fueran sus dedos. Deseó marcar con las yemas de los dedos sus músculos, para comprobar si realmente eran tan duros y firmes como parecían.
-¿María? -preguntó este observando su confusión-
Ella carraspeó ascendiendo la mirada hacia sus profundos ojos color café. Estos le devolvieron la mirada. Estaba cargada de deseo y de otra cosa más que no supo identificar.
-¿Si? -respondió esta con la voz ahogada-
-Mis ojos están aquí arriba -dijo señalándolos, como si ella no supiera donde estaban-
No era culpa suya que estuviera putamente esculpido por los dioses del Olimpo.
-Lo sé
-No lo parecía, Mery -susurró, su nombre resbaló de sus labios de manera deliciosa mientras se acercaba a ella-
Esta sintió que le daría un infarto de un momento a otro cuando se acercó y colocó las manos en sus caderas, aprisionándola entre ella y su cuerpo.
Su perfectamente musculado cuerpo
Mierda
Tragó saliva tratando de disipar el nudo de nervios que se había instalado en la boca de su estómago. ¿Porqué tenía que ser tan jodidamente tierno y sexy a la vez? El cazador sintió como sus manos encajaban a la perfección en el hueso de su cadera. Solo tendría que acercarse un poco más. Un poco más y podría probar el sabor de sus labios. Apenas un segundo después, reacciona y se acerca un poco más a él, y sin quererlo termina frotándose contra el centro de su anatomía. Sam reunió toda la entereza de la que fue capaz para no llevarla a su habitación y hundirse en ella de una vez.
Mery soltó una brusca inspiración perfectamente consciente de lo que acababa de hacer. Por Chuck, se estaba frotando contra él como si fuera una puta gata en celo. La verdad es que le importaba una mierda.
Sam por su parte se ha olvidado de respirar, por lo que no dice nada, simplemente la observa.
-Oh mierda -murmura , pero no hace nada por apartarse-
No se mueve, y el tampoco lo hace. El aire a su alrededor parece más denso y la temperatura de la habitación mucho más alta que hasta hace un momento. Sam la hace retroceder poco a poco hasta que su espalda topa con la pared, arrinconándola.
María no aparta la mirada de sus ojos ni un segundo. Le observa con los labios entreabiertos y tal concentración que parece estar buscando algo en su rostro. Su mirada desciende de golpe a los labios del menor de los Winchester y... oh, joder, le gusta que le mire así.
Le gusta mucho más de lo que has podáis imaginar
-No voy a besarte porque sé que no es eso lo que quieres -le susurra, tan cerca el uno del otro que sus bocas casi se rozan- Así que dime, ¿Qué es lo que quieres?
-Quiero que me beses -pidió, y Sam ladeó la cabeza claramente divertido por la situación-
-Cariño, ya habíamos dejado claro que eso de momento no iba a pasar
-Entonces fóllame -suplicó y Sam soltó un jadeo al sentirla acercase más- hazme tuya Sam
-Lo haré -susurró este clavando su mirada en ella- y te juro que vas a disfrutar cada segundo de ello
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