"WHY WOULD AN ANGEL RESCUE ME FROM HELL?"

32 3 0
                                    

Me desperté en una caja de madera a varios metros bajo tierra. 

Saqué el mechero del bolsillo de mis pantalones. Lo encendí a duras penas. Tenía los dedos entumecidos de estar tanto tiempo sin moverlos. 

Pateé la caja tratando de buscar una abertura. Dirigí la llama hacia la tapa de la caja. Metí los dedos tratando de abrirlo. Milagrosamente conseguí abrir una rendija. Doblé las rodillas y levanté los pies dándole un golpe seco. La tapa se movió lo justo para que pudiera salir. 

No se veía nada, por lo que di por hecho que me quedaba bastante para llegar a la superficie. Empecé a apartar tierra con las manos hasta que noté en la palma el calor del sol. 

Aspiré una gran bocanada de aire puro. Salí sosteniendo la mano delante de los ojos debido a la claridad del sol. Me anudé la camisa de felpa a la cintura y me levanté con pesar. Caminé por el borde la carretera hasta ver una tienda en medio de la nada. Entré y al no ver a nadie cogí una bolsa de plástico metiendo comida y agua. Abrí la caja registradora y cogí un poco dinero por se acaso. De pronto un sonido muy fuerte parecido a un chillido agudo reverberó por la tienda haciendo que los cristales se rompieran. Me tapé los oídos con las manos cobijándome tras el mostrador. 

A los pocos minutos el ruido desapareció y pude levantarme de nuevo. Salí y vi una cabina de teléfono. Metí un par de monedas en la ranura y marqué el número de Bobby. Contestó al tercer tono. 

-¿Quién es? -preguntó con su voz gruñona de siempre- 

Me contuve para no llorar. Le había echado mucho de menos. 

-¿Bobby? -pregunté, la línea quedó en silencio unos segundos- 

-¿Cora? -aventuró y yo asentí enérgicamente-

-Si soy yo, por favor no cuelgues 

-No sé que clase de broma pesada es esta, no vuelvas a llamar a este número 

-¡Bobby por favor espera! ¡Por favor!

El pitido al otro lado indicaba que me había colgado. Maldije en voz alta y salí de la cabina. Vi que a pocos metros había una parada de autobús, fue hacia allí y en cuánto llegó me subí. Bajé en cuánto vi el letrero anunciando que habíamos entrado en Sioux Falls. 

Caminé hasta llegar a casa de Bobby, piqué suavemente con los nudillos y el me abrió al momento. Su mirada se iluminó en cuánto me vio, aunque no hizo ningún ademán de abrazarme. 

-Bobby soy yo, Cora, tienes que creerme -supliqué-

El sacó un frasco con agua bendita de su bolsillo y me lo tiró encima empapándome entera. Parpadeé quitándome el agua de las pestañas mientras le miraba de nuevo.

-No estoy poseída -dije sacando un cuchillo de plata- y antes de que lo hagas tú, lo haré yo

Hice un corte superficial en mi antebrazo para que comprobase que no me quemaba la plata, prueba de que no era un metamorfo, y que mi sangre era roja como la de todos los humanos. 

-No me lo puedo creer -dijo por fin haciéndome pasar- 

Me abrazó con fuerza dejándome momentáneamente sin aire. 

-Te he echado mucho de menos 

-Y yo a ti -respondí mientras las lágrimas corrían por mis mejillas- 

-Todavía no me creo que esté pasando esto -dijo atónito-

-Ni yo, créeme -miré a mi alrededor- ¿Puedes darme agua? Me muero de sed

-Claro ahora vuelvo 

Volvió con el vaso que apuré hasta la última gota. Después no sentamos en los sillones del salón.

SUPERNATURAL SHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora