"NEED SOME HELP?"

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-¡Mierda, estúpido coche!

Estaba saliendo de Los Ángeles, cuando mi ford fiesta empezó a echar humo por el capó. Bajé rápidamente y abrí la tapa intentando ver dónde estaba el problema. Lo observé durante unos segundos sin éxito. Cerré la tapa y me senté sobre el maletero con la cabeza entre las rodillas. 

Cogí un paraguas del maletero para protegerme del sol. No me sentaba bien, hacía que me diera vueltas la cabeza, acompañado de un revuelto nada agradable. Miré la carretera tras mío resoplando con frustración. No tenía pinta de venir nadie en unos veinte kilómetros aproximadamente. Alcancé mi móvil para llamar a la grúa, aunque a saber cuánto tardarían. 

Me recordé que tenía que cambiar el seguro, ya este no me ofrecía muchas garantías. Si mi padre me viera ahora mismo diría que soy un completo y absoluto desastre, lo cuál me da exactamente igual porque lo único que me apetece ahora mismo es meter los pies en el agua fresca del mar mientras me toma una cerveza. 

Justo cuando iba a marcar el número el sonido de un motor hizo que alzara la cabeza. Un coche se aproximaba hacia donde yo estaba. Al principio pensé que era un espejismo debido al intenso calor, pero a medida que se iba acercando más me di cuenta de que no lo era. 

Pensé que pasarían de largo, pero en lugar de eso se pararon a mi lado. El conductor miró el coche y después a mi. El copiloto observaba el humo que salía de mi pobre coche.

-¿Necesitas ayuda? 

Le observé unos segundos antes de responder

-Se me ha estropeado el coche -dije señalándolo- la verdad es que no sé que ha podido pasar, siempre a funcionado bien -hizo una pausa paseando la mirada entre ambos- Vosotros no tendréis idea de cómo arreglarlo ¿Verdad? 

El hombre al volante miró al otro, después devolvió la mirada hacia mi.

-Veré que puedo hacer -dijo aparcando el coche tras el mío- 

Ambos se aperaron de su coche. El rubio se acercó a donde salía el humo. Levantó la tapa y observó con detenimiento los cables y el tanque de la gasolina. Me pidió las herramientas, se las di y observé cómo trabajaba. El otro hombre se había cruzado de brazos apoyado contra su coche. Me acerqué a él mientras el otro trabajaba. 

-¿Quieres que te tape? -dije con el paraguas en la mano- 

El me miró esbozando una sonrisa agradecida 

-No gracias, estoy bien

-Vale -dije quedándome a su lado- 

-Gracias por ayudarme 

-No pasa nada -dijo el rubio- además tienes suerte de que se me den bien los coches 

-Tiene razón -dijo el moreno a su lado- has tenido suerte de que te encontráramos 

Asentí con la cabeza mientras el rubio se secaba el sudor de la frente. 

-Ya está, como nuevo -anunció dándole unas palmaditas en el capó- 

-¿De veras? -dije yendo a su lado rápidamente- ¿Qué le pasó?

-El motor se sobrecalentó y el tubo del anticongelante se soltó, por lo que el motor no tenía suficiente refrigeración -señaló un tubo de color azul- así que corté el tubo un poco y lo volví a conectar en su lugar, prueba a arrancarlo. 

-Vale -dije subiéndome al coche de nuevo- 

-Arranca -dijo y así lo hice-

El motor emitió un suave ronroneo, señal de que estaba bien. Al menos para llegar a su destino. 

-Muchas gracias de veras 

-No hay de qué -respondió el observándome cuidadosamente- 

-Valerie 

-¿Qué? -preguntó confundido- 

-Ese es mi nombre, Valerie 

-Ya claro -dijo el rascándose la nuca- yo soy Dean y el es mi hermano Sam -señaló al moreno- 

-Encantada de conoceros chicos, y de verdad que me habéis salvado la vida 

Ellos sonrieron mientras me subía en el coche y cerraba la puerta

-Por cierto, tenéis un coche precioso

-Si -dijo el moreno mirándolo con cariño- 

-No todos los días se ve un Chevrolet Impala del 67 -miré al rubio que me observaba con atención- puede que no sepa arreglarlos, pero yo también sé algo de coches 

Me despedí con la mano y ellos asintieron con la cabeza mientras desaparecía carretera arriba.

-Sammy -dijo Dean sin apartar la vista de la carretera-

-¿Qué? 

-Creo que me he enamorado -dijo haciendo que el menor rodase los ojos-

-Anda vamos -dijo- 

Ambos se subieron al coche en busca de su próximo caso. Mientras tanto Valerie llegó a casa a tiempo para el cumpleaños de su hija. Su mujer salió a recibirla en cuánto oyó el motor del coche. Se dieron un suave beso y ambas entraron en su casa para celebrar el quinto cumpleaños de su hija Abba. 




SUPERNATURAL SHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora