"I HAVE MISSED HER SO MUCH THAT HURTS"

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Dean agradeció entrar en Baby después del intenso día de caza que había tenido. Ese Shojo había sido más escurridizo de lo normal, además de que no había sido fácil buscar a una persona asiática para que le bendijera una katana mediante el rito sintoísta. 

Al final encontró a una persona que lo hiciera, y así el pudo deshacerse del espíritu con total normalidad. Agradeció estar ya de camino a casa, donde sabía que su hermano y Dalia le esperaban. No tenía muy claro que tipo de relación tenía con ella, a veces bromeaban y otras veces coqueteaban un poco pero nada fuera de lo normal. 

Sam había hablado varias veces con él para preguntarle que se suponía que estaba haciendo con Dalia. Dean todo lo que podía responder era que no tenía ni idea, y que se estaba dejando llevar, a ver como se desarrollaban los acontecimientos.

Encendió la radio a la vez que arrancaba el coche. La música de Motley Crue inundó el vehículo, y el cazador tamborileó las notas sobre el volante. Cuando llevaba veinte minutos conduciendo, su teléfono sonó un momento y luego se detuvo, indicando que tenía un mensaje en el contestador. 

Cogió el móvil un momento y le dio a la opción de reproducir mientras seguía conduciendo. Sonó un pitido, un indicativo de que iba a empezar a reproducirse el mensaje, y esperó pacientemente a que cargara. La voz de Dalia llenó el espacio, las nudillos del cazador se pusieron blancos al apretar el volante con todas sus fuerzas.

La había echado tanto de menos que dolía. Escuchó el mensaje con atención.


Hola Dean -comenzó- no sé si estás ocupado, si es así no quiero molestarte. Espero que estés escuchando esto cuando tengas un rato de descanso, por decirlo de alguna manera -inevitablemente, el sonrió- te echo de menos -murmuró- ojalá estuvieras aquí -dijo, y Dean pudo ver su expresión triste con perfecta claridad en su mente- bueno, hasta luego supongo -antes de colgar dijo- ten cuidado 


El mensaje terminó y Dean bloqueó el teléfono tras comprobar que no había más. En ese momento solo había una cosa en su mente, y era llegar a casa con Dalia.


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