Heron se encontraba limpiando y sacando filo a las herramientas de tortura del rey, era un trabajo desagradable, siempre las traía al menos una vez por semana para que las limpiara y revisara que necesitaran reparación alguna. Habían pasado meses desde que Nirde había caído, cinco para ser exactos, el reino ardía y sangraba, los ejércitos del usurpador chocaban en el campo de batalla con los ejércitos de la familia Ashterion que resultaba ser un enemigo muy difícil de derrotar para los ejércitos del usurpador. Al parecer según escuchaba mientras caminaba por el baluarte o de los caballero y nobles que acudían a su herrería para encargarle trabajos, los ejércitos extranjeros que el usurpador había traído desde el otro lado del mar parecían haber sido muy desgastados en todos los combates que habían tenido contra el consorte, se decía que de los cine mil hombres que habían traído solo quedaban treinta mil, una enorme parte de su ejercito había sido derrotado en las costas, otra gran parte en la toma de Sinca y al final en el asedio de Nirde habían perdido a decenas de miles de hombres en sus intentos de tomar las murallas y en la sanguinaria batalla que se libro en las calles antes de que el consorte cayera ante las flechas enemigas.
Eso era un consuelo para Heron y seguramente para muchos otros de la ciudad y todo el reino, que al menos la muerte del consorte no hubiera sido en vano y que las fuerzas de su legitima reina estuvieran haciendo frente al tirano que sometía a sus ciudadanos.
Heron limpiaba la ultima herramienta cuando el usurpador entro en la herrería, como siempre era acompañado por una docena de esos monstruos que funcionaban como guardia real.
- Majestad - dijo mientras terminaba de limpiar la herramienta y la apoyaba junto con todas las demás sobre su estuche de madera - ¿en que puedo servirle?.
Heron había logrado con mucha practica tolerar la presencia de ese hijo de puta en su herrería y hasta lograba sonreír cuando se dirigía a el. Aunque cada noche cuando se iba a dormir soñaba que le aplastaba la cara con uno de sus martillos.
- Mi buen Heron - dijo mientras caminaba hacia el y apoyaba una de sus manos en sus hombros, reviso las herramientas con su otra mano - quería pedirte un favor.
- Dígame que desea.
El usurpador guardo el mismo las herramientas y hizo una señal a uno de sus guardias para que se las llevara. Heron vio como sacaba un pergamino de debajo de sus ropas y lo abría sobre su mesa de trabajo.
- Necesito tus habilidades e imaginación - dijo mientras observaba el pergamino - acércate y mira esto.
Heron lo hizo y vio como en el pergamino se mostraba un lugar que el jamás hubiera imaginado ver en unos planos, se detallaba a detalle un lugar que parecía ser subterráneo, pero no túneles como cabria esperar, sabia que el rey quería expandir las celdas, excavar mas profundamente incluso pensaba en hacer un segundo nivel completo para así tener suficientes celdas para todos los que quería encerrar allí. Pero esto era diferente, parecía que el lugar fuera un par de cueva, cuevas metidas una dentro de la otra, algo que en su vida había visto. Estudio detenidamente el plano y vio que eran dos salas, un primaria muy grande y amplia y una segunda no tan grande pero si mas larga. Heron intento rápidamente entender que podría querer el usurpador de ese lugar.
- Veras - dijo mientras señalaba el plano en su totalidad - este lugar es secreto, pero no muy seguro, quiero crear un nueva bóveda real, una que solo el rey conozca y queria utilizar este lugar, pero claro necesito puertas y aclimatarlo para que pueda ser defendido y a su vez difícil de acceder.
Heron comenzaba a entender.
- Me imagino que en estos pasajes - dijo mientras señalaba la entrada y el pasaje que conectaba ambas salas - necesitan puertas o incluso expandirse para ser mas accesibles para sus hombres y la entrada y salida de lo que se custodie allí.
El usurpador sonrió satisfecho y lo abrazo con uno de sus brazos y lo atrajo hacia el.
- Exactamente eso es lo que quiero que hagas - dijo apartándolo - quiero que prepares puertas, cadenas, cerraduras y todas las cosas que sean necesarias, no te preocupes no hare que vayas y lo hagas en persona, para eso tengo trabajadores mas adecuados, lo que necesito es todos los complementos.
Heron asintió con cierto alivio, pues no queria salir del baluarte, en los meses pasados muchos salían del castillo por orden del usurpador y nunca volvían, había preguntado a los que entraban y salían libremente, pero nunca sabían decirles que había pasado.
- Me encargare de hacer todo lo posible - dijo mientras observaba el plano - aunque necesitare las medidas de estos lugares, así sabré que tamaño deberá tener cada puerta y otras cosas.
El usurpador sonrió y salió de la herrería.
Heron se dejo caer en una de las sillas. Había intentado superar el hecho de que las herramientas que creaba eran utilizadas para que ese monstruo cumpliera sus objetivos. Algo que lo ayudaba era ya no poder escuchar los gritos que salían de las profundidades de las celdas, luego de haber ensordecido esos lugares nunca mas se escucharon y al parecer Heron había hecho un trabajo muy discente, pues el rey bajaba cada día y salía con las manos empapadas de sangre y esa sonrisa llena de locura que parecía tener luego de torturar a sus victimas.
No sabia que querría esconder en ese lugar, pero no tenia por que importarle, lo que le importaba era sobrevivir, sobrevivir para poder decir todo lo que sabia a la reina cuando por fin recuperara su trono, de esa manera podría saber todas las cosas que lo habían obligado a hacer y a su vez Heron esperaba redimirse.
Nirde estaba cubierta de nieve, no había nevado en mas de una semana, pero en aquella ciudad no estaban acostumbrados a la nieve y no sabían como lidiar con ella. El usurpador había ordenado que se apartara de las principales calles y carreteras de al ciudad para que no detuviera la entrada y salida de mercancías y el patrullaje de sus soldados.
Heron comino por el patio para ir a ver al viejo Héctor, alguien con el que se llevaba muy bien y lograba intercambiar sus preocupaciones. Pero mientras caminaba vio algo que no esperaba ver, vio como dos de los hombres del usurpador llevaban a una mujer sujetada de ambos brazos, Heron se aterro al ver el temible parecido que tenia con la reina María, de cabellos rubios, ojos verdes y una belleza que Heron no creía fuera real, pero no era ella. Heron la había visto en persona dos o tres veces cuando montaba por la ciudad o en su coronación. Sintió alivio al saber que no era la reina, pero sintió que se le quebraba algo dentro de el por no poder hacer nada por aquella pobre mujer.

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Legitima
RomanceEste libro es la secuela de El Consorte y La Reina, recomiendo que vayan a leerlo primero. Nirde ha caído, Andros ha desaparecido y fue dado por muerto. Los ejércitos de Alban se encuentran desmembrados por todo el reino y Maria debe prepararse para...