Habia viajado de aldea en aldea, de pueblo en pueblo en todo el dominio central, en cada lugar al que iba seguía las ordenes de su señor, aun no podía creer que le diera esa tarea a el y no a Loreant o buscara a Ambras para poder contar con su ayuda, no, habia elegido a Rowan para esa importante tarea. Las ordenes del consorte eran claras, debía ir de aldea en aldea y levantar a las personas en contra del usurpador, debía eliminar a la guarnición de cada pueblo y reemplazar a la autoridad por alguien leal a la reina María, cientos de hombres se unían con cada aldea o pueblo que visitaba, algunos nobles menores y caballeros hacendados al verlos llegar se acercaban y al ver que portaban el estandarte de la reina se unían a ellos deseosos de poder por fin librarse del invasor. Lord Andros tenia razón, aun quedaban fuerzas en el dominio que estarían dispuestos a luchar contra sus enemigos, solo habia que mostrarles que se podía luchar. Como consecuencia de sus logros iniciales el usurpador habia enviado a cientos de sus hombres en su busca y eso era justo lo que quería el consorte, quería que dispersara a sus fuerzas para que cuando llegara el momento la ciudad estuviera lo mas indefensa y inestable posible.
Los últimos informes que le traía los agentes de Loreant era que en la ciudad cientos de personas empezaban a unirse a sus filas y que desde las sombras empezaban a preparar la caída de la ciudad. Rowan no sabia exactamente lo que tenia planeado el consorte, es mas, ni siquiera sabia donde podía estar, pues cuando llego el momento de empezar a ejecutar su plan el consorte los abandono solo con un caballo y una espada. Rowan temía lo que pudiera tener planeado y mucho mas al pensar que lo que fuera a hacer el consorte ellos no lo sabrían hasta que fuera demasiado tarde.
Rowan marchaba al frente de una gran columna de hombres por los campos del dominio, debían de haber reunido ya unos quinientos hombres, mas que suficientes y además de que debilitaban al usurpador con cada aldeas que liberaban y teniendo tan cerca a los ejércitos de Alban no se atrevía a arriesgar a sus hombres en recuperar esas aldeas, enviaba a algunos solo para cazarlos y eliminarlos a ellos.
Justo cuando comenzó a anochecer llego un jinete a su encuentro, era uno de los agentes de Loreant. Rowan lo recibió mientras sus hombres se refugiaban de la noche en los restos de una antigua edificación de piedra que al aparecer pudo ser una villa antigua.
- Dime que es lo que me traes esta vez - dijo Rowan mientras entraban en una habitación de piedra que aun se mantenía en buen estado, el hombre lo miro y sonrió.
- Ya ha llegado el momento - dijo mientras sacaba un cuchillo y se lo extendía por la empuñadura - Loreant ha recibido la señal, en una semana comenzara la caída de Nirde, ya sabe lo que debe hacer mi señor.
Rowan tomo la daga y la guardo en su cinturón, miro al agente.
- No soy ningún señor - dijo mientras se apoyaba en una pared y se quitaba uno de sus brazaletes de metal - dale esto a Loreant para que sepa que le mensaje llego a mis manos y dile que llegare a la puerta norte en la noche del octavo día, tal y como ordeno.
El hombre tomo el brazalete y se lo puso en la muñeca.
- Me retiro señor - dijo el agente mientras le dedicaba un ligera reverencia.
Rowan aun no entendía porque los hombres lo trataban de señor, a penas si era noble, su abuelo era caballero y su padre habia muerto como escudero poco después de que Rowan naciera, en resumen, no era noble, podía ser caballero por los logros de su abuelo, pero para eso debía ser nombrado por otro caballero y su abuelo se habia negado por años, pues decía que aun no estaba listo para cargar con el titulo. Rowan ya se habia rendido, antes pensaba que tenia que ser caballero para servir a Alban, pensaba que con la armadura, espada y el caballo de los caballeros de la guardia real el se convertiría en alguien útil y un servidor de la gloria de Alban, pero en los tres años de guerra habia aprendido que no era necesario ser un caballero para representar todo lo que era justo y servir a su reino.
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Legitima
RomanceEste libro es la secuela de El Consorte y La Reina, recomiendo que vayan a leerlo primero. Nirde ha caído, Andros ha desaparecido y fue dado por muerto. Los ejércitos de Alban se encuentran desmembrados por todo el reino y Maria debe prepararse para...