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El viaje fue mas lento con la compañía de las fuerzas de Malco y su hermano. Tardaron otra semana en llegar a bosque de Breen, pero cuando llegaron a la intercepción del camino del bosque, justo en el lugar donde el camino iba a Magna aparecieron la fuerzas del principado lideradas por el príncipe Agdrian Blacksong. María vio el gran poder que desplegaban los ejércitos del principado, según los informes Agdrian lideraba un ejercito de cuarenta mil hombres y habia dejado a diez mil en Magna para terminar de tomar la ciudad, luego esa fuerza marcharía al sur por las tierras orientales y se unirían a las fuerzas de su tío, para que pudiera marchar contra Nirde desde el sur con una fuerza aun mas poderosa.

María tenia que admitir que la guerra estaba siendo ganada gracias al gran poderío que tenia el principado, ahora entendía porque durante mas de dos siglos los reyes de Alban siempre buscaban tener buenas relaciones con el principado de Reidlad.

El bosque de Breen parecía uno muy diferente al que algún día fue, mas de un año de enfrentamientos habían cambiado el antiguo bello bosque, pues ahora habia grandes fracciones del bosque alrededor del camino del bosque, habían sido taladas para la manutención de los ejércitos, pues necesitaban leña para calentarse y troncos para fortalecer sus campamentos. El bosque tardaría años en recuperarse, además muchos de esos lugares habían sido utilizados para enterrar a los muertos, por lo cual ahora habia grandes cementerios con tablas de madera donde estaban escritos los nombres de los caídos. María aun no habia visto un campo de batalla, pero con lo que estaba viendo suponía que estaría lista cuando llegara el momento, después de todo no seria la primera vez que veía muerte y devastación.

- Majestad - dijo Karl acercándose a su tienda que compartía con dos doncellas que le servían como criadas - vengo a informarle que mañana alcanzaremos a Lord Oscar y sus fuerzas.

María le dirigió una mirada gélida que el mercenario recibió inclinando la cabeza de forma sumisa. El hombre era muy parecido a su hermano, la diferencia eran las pocas canas que el mercenario tenia y algunas cicatrices que decoraban el rostro de Malco, pero después de eso eran casi idénticos.

- Envíen mensajeros para que Lord Whitewood sepa que llegaremos a su encuentro mañana a primera hora - ordeno María sin apartar la mirada del mercenario - y no olvide que cuando se dirige a mi debe mirarme a los ojos y solo agachar la mirada cuando no me dirijo a usted.

El mercenario la miro con impotencia en la mirada.

- Como ordene majestad - dijo haciendo una reverencia para luego retirarse de su presencia.

María vio como el mercenario salía de su tienda y volvió a dirigir su mirada al libro que estaba leyendo, habia traído muchos de Las Diez Forjas, donde el bibliotecario le habia dado el permiso de llevarse todos los que quisiera. En ese momento leía un libro que relataba un suceso muy importante en la historia del antiguo imperio Latino, María estaba sorprendida por lo que estaba leyendo, en ese libro se relataba como quinientos hombres, eran liderados por un solo hombre para tomar una ciudad de miles de personas, en aquella ciudad se desato una dictadura de tres, tan brutal y sangrienta que los testimonios que eran recopilados por el autor perturbaban a María. Un legado del ejercito latino habia sido enviado por el emperador para tomar la ciudad en secreto y capturar al gobernador de la misma, pues era el general de un ejercito rebelde.

María estaba sorprendida de como el autor del libro parecía conocer a la perfección al legado al mando de la fuerza, el hombre en cuestión habia tomado la ciudad en una noche y habia masacrado a todos los nobles y funcionarios del gobierno con una brutalidad que María solo habia visto en una persona, Andros habia actuado con la misma brutalidad y de forma implacable cuando habia cazado a los asesinos de sus hombres o cuando habia limpiado Nirde luego del atentado contra su vida.

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