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Ahora sentía que un gran peso había desaparecido de sus hombros, ya no tenia que preocuparse por la sucesión, su padre podría descansar en paz, al igual que el resto de su familia. El Principado ahora podía estar tranquilo, pues la ininterrumpida linea de príncipes se mantendría después de la muerte de Agdrian y del linaje Blacksong, con su sobrino a la cabeza y Alban bajo el gobierno de su esposa Agdrian estaba seguro de que una nueva era había empezado, era una lastima que todo esto fuera gracias a que muchas de las personas que mas había amado hubieran muerto, su madre sin darle mas hijos a su padre, su hermano antes de poder tomar una esposa y engendrar mas hijos y la de su hermana, cuya muerte había sido el motivo clave para que Agdrian decidiera poner fin al linaje con el mismo como ultimo miembro.

Sabia que esto era un afrenta a todos sus ancestros, un linaje tan antiguo, tan puro y que había sobrevivido la caída misma del imperio mas poderoso que había conocido el mundo, ahora llegaría a su fin, aunque viviría en el linaje de los Whitewood y en la familia Hawks, gracias a la sangre de su sobrino.

Estaba en el patio principal del Baluarte Real de Nirde, observando como se preparaban sus hombres y sirvientes para la partida de su viaje de regreso. Varios se acercaron a despedirse de el, Lord Beomont, Lord Ashterion y por ultimo Lord Oscar Whitewood, el hombre que había sido hermano del esposo de su hermana.

- Ha sido un honor el combatir junto a ti - le dijo Lord Oscar mientras le extendía su enorme mano exponiendo su antebrazo.

Agdrian tomo su antebrazo y sintió el fuerte apretón de Oscar en el suyo.

- El honor a sido mío Lord Oscar - le respondió.

El hombre le soltó y Agdrian hizo lo mismo, no había hablado nunca con el acerca de su hermano y de Miriel, pero sabia una cosa, aquel hombre lloraba tanto a su hermano como Agdrian lloraba a los suyos. No necesitaban palabras para saber uno del otro algo como eso, pues cada uno lo había vivido.

- Que tenga un buen viaje - le deseo el Whitewood antes de alejarse con paso decidido al palacio.

Agdrian volvió a cruzarse de brazos mientras observaba como algunos de sus lacayos subían cofres con sus pertenencias a uno de los carros. Entonces sintió como alguien se posicionaba a su lado, escucho sus pasos y sintió su perfume, no esperaba que aquella jovencita que habían rescatado de aquella ciudad desolada tuviera tan buen gusto para los perfumes, era dulce pero no al punto de empalagarte. Agdrian giro levemente la cabeza y miro hacia abajo viendo allí a Alice vestida con un vestido sencillo, pero muy bonito, Agdrian le había dado oro suficiente como para comprar una docena de los mejores vestidos que pudieran vender en la capital de Alban, pero la joven solo había comprado tres vestidos sencillos y le había dejado el resto del oro sobre su escritorio. Agdrian suponía que después de sufrir lo que había sufrido a manos de los hombres de la Urna tres vestidos como ese debían ser el mayor de los lujos para ella.

- Le pedí a la reina si podía cuidar de ti - le dijo Agdrian a la joven volviendo a centrar su atención en sus lacayos.

La joven hizo un quejido que parecía una mezcla de sorpresa y de angustia.

- ¿He hecho algo que pudiera ofenderlo mi príncipe? - pregunto desesperada, se notaba en su voz que intentaba mantener los modales.

Agdrian negó lentamente y no la miro.

- Entonces, ¿por que desea dejarme aquí? - pregunto con mas calma, pero aun así se notaba tristeza en su voz.

- Eres de Alban - dijo con firmeza - este es tu hogar, tus padres o hermanos pueden aun estar con vida y estarte buscando ahora que la Urna cayo y la guerra termino.

La joven se quedo en silencio, pero Agdrian no escucho pasos ni nada que pudiera decirle que ya no estaba a su lado, volteo ligeramente y vio que estaba allí mirándolo y con lagrimas en los ojos.

- ¿Por qué lloras? - le pregunto - deberías estar feliz, eres libre, la reina buscara a tu familia si se lo pides y podrás vivir aquí, en la corte, con caballeros y ser una dama, el sueño de toda joven.

- Alban ya no es mi hogar - le dijo entonces con frustración - no tengo familia, mi padre murió en la defensa de Turk al igual que mi hermano, mi madre murió cuando incendiaron nuestra casa, no queda nada para mi en Alban.

- Entonces aquí...

La joven no lo dejo hablar, subió el tono de voz, por fortuna había tanto ruido a su alrededor que nadie lo escucho.

- No quiero ser una dama, no quiero servir a la reina, no quiero vivir en la corte, solo quiero estar junto a usted - dijo desesperada.

- ¿Por que? - pregunto Agdrian frustrado - me conoces, me has servido el tiempo suficiente para saber como soy, ¿Cómo podrías querer quedarte conmigo?.

La joven sonrió levemente y apoyo su mano en su brazo.

- Usted es serio, mas bien severo, silencioso y con mal humor - dijo la joven mientras su mano temblaba - es frio y insensible - continuo cada vez con mas confianza en su voz - pero cuando sus hombres me llevaron ante usted, fue el primero en acercarse, me dio su capa y sentí su tacto al tocarme la frente, nunca me habían tocado con tanta delicadeza y gentileza, me recordó a mi madre, usted es mejor de lo que quiere aceptar, es gentil, fuerte, amable y nunca me ha levantado la voz, ni una vez incluso cuando deje caer vino sobre sus libros, y se cuanto ama sus libros.

Agdrian observo como la joven agachaba la cabeza ante el, se había puesto muy colorada después de decir todo eso.

- Agradezco tus palabras Alice - dijo con gentileza tomo la mano de la joven que estaba tan colorada como su rostro - pero, quiero que entiendas una cosa, yo no puedo darte una vida, jure nunca tomar una esposa, nunca engendrar un hijo y soy un príncipe, además, todos a los que he llegado a amar siempre me son arrebatados, así que quiero que te quedes aquí antes de que puedas llegar a ocupar un lugar en mi corazon.

La joven lo miro sorprendida y sus enormes ojos marrones se fijaron en los suyos. En su rostro estaba reflejada la desesperación, pues sabia que sin importar lo que dijera, si Agdrian deseaba dejarla allí, ella tendría que quedarse, como había dicho era un príncipe y hacer que se quedara en Nirde seria sencillo para alguien como el.

- Sera mejor que vayas adentro, aun hace frio -  le dijo mientras soltaba su mano y se volvía a cruzar de brazos.

Agdrian esperaba que eso fuera suficiente como para que la joven se quedara, le había aclarado las cosas y esperaba así no tener que recurrir a la fuerza o gritarle para espantarla, pero entonces Alice hizo algo que Agdrian no esperaba, escucho unos pasos y sintió como con sus delgados brazos comenzaba a rodear su cintura y lo abrazaba. Al bajar la mirada y vio la cabeza de la joven apoyada en su pecho.

- ¡¿Que haces?! - pregunto nervioso ante el contacto mientras levantaba los brazos y la joven lo abrazaba con mas fuerza - ¡aléjate antes de que te vean!.

Pero ante su orden fue completamente ignorada por la joven.

- Si no puedo estar con usted - dijo la joven desesperada - no quiero vivir, no necesito ser su esposa, no necesito tener hijos, no necesito lujos o un esposo, quiero estar a su lado, aunque eso signifique servirle, solo con eso seré la mujer mas feliz del mundo.

- Pero.

- Por favor mi príncipe - dijo apretando su rostro contra su pecho.

Agdrian noto que algunas personas estaban observando aquella escena y no tuvo mas opción.

- Esta bien - dijo frustrado y molesto mientras tomaba a la joven de los hombros y la alejaba para mirarla a la cara - puedes venir conmigo y vivir en el Principado.

La joven sonrió radiante ante esto y Agdrian la soltó para alejarse.

- Gracias mi príncipe - dijo con alegría la joven.

Se acerco a los lacayo y empezó a gritarle ordenes para que se apuraran y que tuvieran cuidado con sus cosas. Agdrian se llevo la mano al pecho y sintió como el corazon le latía con tanta violencia que por poco no se le salía del pecho.

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