En la mas de una semana que llevaba en Nirde, solo una vez habia salido de aquella casa, las ordenes de Loreant eran claras, el no podría salir de allí y arriesgarse a ser descubierto, pues el rey habia puesto precio a su cabeza y uno muy elevado para sorpresa de Heron. Pero eso no significaba que no estuviera haciendo nada para ayudar en los planes de retomar Nirde, no, tenia a Casia con el, que se encargaba de salir de la casa en su lugar y transmitía sus ordenes a los agentes de Loreant para poder sabotear puertas, cadenas y poder falsificar las llaves que necesitaban. Cada mañana antes de que Heron se despertara, Casia salía y no volvía hasta el medio día, momento en el que traía información o esquemas que sus agentes dibujaban para que el los pasara a limpio. Luego del trabajo, almorzaban juntos Casia era alguien interesante a su parecer y le resultaba difícil no quedarse mirándola cuando hacia cualquier cosa, cuando ponía la mesa, cuando cocinaba, o cuando simplemente se sentaba a afilar sus armas, habia algo en ella que hacia a Heron sentirse débil.
En la casa en la que se encontraban habia otros, pero mas que aliados eran simples simpatizantes que solo ayudaban por el oro que Loreant les daba, aunque Heron habia visto que en una de las habitaciones del señor de la casa habia un tapiz donde se podía ver al que claramente era el consorte luchando en la plaza. Heron no habia podido hablar nunca con los habitantes de Nirde mientras servía en el baluarte como herrero, pero ahora se estaba enterando de muchas cosas, al parecer las personas de Nirde veneraban a Andros Whitewood como si fuera una clase de héroe, como se venera a los grandes semidioses de los antiguos relatos. Pero nadie sabia que estaba vivo y que no habia muerto en la batalla como todo el mundo creía, Heron estaba seguro de que cuando lo vieran a mando de sus tropas retomando la ciudad muchos se unirán a el.
El dueño de la casa vivía allí con su esposa y un hijo, el mas joven al parecer, pues el mayor habia abandonado Nirde hacia un año y se habia ido al norte para luchar por la reina María, Heron era nativo de Nirde y ver que aun a pesar de todo lo que habían sufrido sus habitantes siguieran dispuestos a luchar por Alban lo hacían sentir orgulloso.
Loreant les habia ordenado que no contaran nada de su misión a los dueños, que ellos solo pensaban que eran rebeldes y que por eso su lealtad comprada con oro era mucho mas segura que la de cualquier otro, pero que aun así no debían arriesgarse a que la información que manejaban se esparciera aun mas.
Lo que si habia podido enterarse Heron, gracias a hablar con el dueño de la casa era que en la ciudad habían empezado revueltas, seguramente obra de Loreant y sus hombres. Algo que le sorprendía enormemente era que lideraba a la guardia de la ciudad como mano derecha de Lord Harlam y aun así tenia tiempo para destruir el orden de la ciudad como líder principal de los rebeldes locales. Odiaba a Loreant, aun no soportaba verle la cara cuando hablaba, cada vez que lo veía recordaba a la mujer que era arrastrada por el patio y ahora que sabia cual era su destino, y no solo el de ella, sino el de muchas mas su odio era aun mas grande, pero su odio venia de la decepción, el esperaba que Loreant fuera mejor hombre, pero durante años miro a otro lado y ayudo inclusive a apresar y llevar ante el usurpador a esas mujeres.
Casia volvió justo cuando se encontraba estudiando la estructura de la puerta norte y el mecanismo que utilizaban para cerrarla por las noches, al parecer Rowan debería entrar por allí en una semana y Heron debía buscar una manera de inutilizarla para que de esa manera no haya resistencia que pueda soportar el ataque de sus fuerzas.
- ¿Sigues con esos esquemas? - pregunto la mujer mientras se sentaba a su lado y tomaba otro que habia sobre la mesa.
Heron intento mantenerse concentrado en el esquema e ignorar como Casia arrimaba su cuerpo al de el y el contacto de su hombro.
- Ya sabemos que Rowan atacara en pocos días - dijo Heron mientras tomaba un lápiz y marcaba con una equis en el lugar mas frágil de la cadena que utilizaban para cerrar las puertas - si no hago mi trabajo no podrá entrar en Nirde.
La mujer clavo sus ojos azules en el, Heron tuvo que hacer uso de toda su fuerza de voluntad con tal de no voltear a mirarla, pues ya sabia que si lo hacia no habría manera de concentrarse nuevamente hasta que se fuera a hacer sus rondas de la tarde.
- ¿Encontraste una manera de inutilizar el puente levadizo y la reja del baluarte? - pregunto mientras volvía a fijar su mirada en un esquema.
- Si - dijo mientras tomaba el plano que le habia conseguido Loreant del baluarte - lo que tenemos que hacer es cortar el contrapeso y poner dos troncos aquí y aquí - señalo justo los lugares donde debía descender la reja para cortar el paso al interior del baluarte.
- Sera complicado lo de los troncos - dijo Casia algo molesta - Loreant seguro exija un mejor método.
Heron sonrió con odio.
- Pues que el muy hijo de puta piense el en como sabotear un mecanismo pensado para soportar arietes y cualquier tipo de impacto.
Casia sonrió cuando Heron la miro.
- Piensa en algo mas - dijo con una voz deliciosa para los oídos de Heron - se que en esta cabeza - dijo mientras apoyaba su mano en la cabeza de Heron y peinaba sus cabellos - siempre hay una solución para todo.
Luego de decir esto se levanto y fue a buscar el almuerzo para ambos.
Heron dedico gran parte de la tarde a estudiar el mecanismo que habia en las rejas y por fin encontró una manera de sabotear el mecanismo, solo debían meter rocas en los engranajes que hacían que se liberara el contrapeso y de esa manera cuando quisieran hacer que baje, no podrán hacer que funcione el mecanismo.
- ¡Heron! - entro gritando el hijo del dueño emocionado - adivina de que me enterado.
- No tengo idea Franco, pero estoy seguro de que me lo dirás.
El joven sonrió de oreja a oreja.
- Ya sabes que hay una caballero acampando hace como una semana en la puerta occidental y que mato a dos de los caballeros del usurpador en duelo.
Heron asintió, se hablaba mucho de aquel caballero, muchos de los ciudadanos le regalaban comida o incluso lo invitaban a cenar a sus casas, pues al parecer los dos caballeros que habia matado no solo eran leales al usurpador, sino que también se habían ganado la enemistad de todos los ciudadanos por abusar de su posición y andar por las calles molestando y robando a los ciudadanos honrados. Heron hubiera querido ir a conocerlo, pero como no podía salir de la casa no habia podido.
- ¿Qué paso con el caballero?.
- Resulta que otro de los caballeros del usurpador quiso vengar a sus compañeros y fue a retarlo a un duelo - dijo emocionado mientras golpeaba la mesa - será mañana en la plaza central dicen que incluso el usurpador estará presente por petición de su caballero.
Heron sonrió, pero con latina por aquel caballero, pues si moría lo hacia por nada y si ganaba solo seria para que el usurpador se hartara de el y enviara a sus hombres para eliminarlo.
- Iré a ver como acaban con otra de esas pestes traidoras - dijo el joven emocionado.
Era impresionante la sed de sangre que tenían las personas de esa ciudad, al parecer verdaderamente estaban artos del usurpador, lo conocía en primera persona y sabia que era un maldito y insoportable ser, pero sabia también que era inteligente y muy capaz, por eso le sorprendía ver que no habia logrado ganarse ni un poco del afecto del pueblo.
- ¿Cómo se llama el caballero que va a enfrentar? - pregunto Heron curioso por saber si era alguno que el habia conocido en su estadía en el baluarte.
- Un tan sir Hunt - dijo el joven sin darle importancia.
Heron se quedo helado, habia visto a sir Hunt en mas de una ocasión, lo habia visto luchar contra otros caballeros en los entrenamientos y recordaba que era un guerrero despiadado incluso tratándose de entrenamientos luchaba con todo desde el inicio y no se detenía hasta dejar a sus contrincantes hechos pedazos en el suelo.
- ¿Qué ocurre Heron? - pregunto el joven algo preocupado.
- Conozco a sir Hunt - dijo Heron mientras volvía a su trabajo - es una bestia, creo que hasta el mismo consorte tendría problemas para vencerlo, mejor reza por tu caballero pues se enfrenta a un puto salvaje.
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Legitima
RomanceEste libro es la secuela de El Consorte y La Reina, recomiendo que vayan a leerlo primero. Nirde ha caído, Andros ha desaparecido y fue dado por muerto. Los ejércitos de Alban se encuentran desmembrados por todo el reino y Maria debe prepararse para...