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Maria observaba en cada reunión como el reino seguía reconstruyéndose de la ruina que habia dejado la guerra. Aunque ahora era mucho mas difícil teniendo en cuenta que no solo lidiaban con los problemas de Alban, sino que también con los de la Urna. Dos reinos que habían sido enemigos por siglos ahora estaban unidos y no podían ser mas diferentes el uno del otro.

Los nobles de la Urna se resistían a ciertas demandas que Maria les ponía, como entregar el diez porciento de sus ingresos para poder pagar la reconstrucción del reino. Eso habia causado que varios nobles jovenes y aguerridos se alzaran en rebelión, los nobles de mayor rango se encargaban de mantener al margen estas revueltas, pero claramente no tenían la intención de erradicarla, por lo que Maria tenia que actuar con mano dura.

- Lord Rowan - dijo cuando ya habia tomado la decisión - tengo una tarea para usted.

Los miembros de su consejo parecieron entender el porque en esa reunión estaba el joven Lord y antiguo escudero de su esposo.

- Tendrá el permiso real de reclutar hombres en Alban y en la Urna - comenzó Maria - reúna una fuerza que considere considerable y tendrá el permiso real para armarlos y llevarlos a la Urna, para cazar a los insurrectos, sus tierras serán confiscadas por la corona y repartidas entre los que destaquen en la campaña.

Rowan observo a Maria con preocupación y Maria le sostuvo la mirada con firmeza.

- Como ordene su majestad - dijo con la expresión endurecida - reuniré una fuerza digna de su majestad y destruiré a los insurrectos.

Maria asintió complacida y en aquel mismo lugar redactaron la orden real que daría aquellos poderes a Rowan.

Terminada la reunión solo quedo Lars, el caballero del principado que ahora formaba parte de su consejo, Maria se pregunto que podría querer aquel hombre y le dio permiso para que hablara con libertad.

- Majestad - dijo el caballero - no se porque el príncipe Agdrian no lo menciono antes de su partida, pero creo que usted debe saber algo que al parecer ignora.

Maria no pudo evitar levantar la ceja pues el caballero habia despertado su curiosidad la cual era su debilidad.

- Mariella - dijo a la princesa que estaba allí sentada, al ser su pupila Maria le ordeno que se quedara en las reuniones y después de ellas - puedes retirarte por hoy.

La joven asintió, se levanto y se retiro saludando a Maria y al caballero.

- Ahora que estamos a solas - dijo Maria - puede hablar.

El caballero asintió solemnemente y hablo.

- Puede que usted no lo sepa - comenzó - pero en mi nación, sin importar que el gran príncipe siga vivo, todo hombre de la familia real debe ser coronado como príncipe tras probarse en el campo de batalla, como usted debe saber su esposo se rehuso durante años a tal honor, por lo que nunca fue considerado un príncipe de Reindlad, pero eso cambio cuando lidero a las legiones en la guerra y compartido el mando con nuestro gran príncipe.

- ¿A donde quiere llegar? - pregunto Maria algo ansiosa por lo que estuviera por revelarle el caballero.

- El consorte debe ser coronado como príncipe en Elparion - dijo mientras apoyaba las manos en la mesa - debe someterse a los rituales sagrados y ser reconocido como autentico príncipe y heredero de nuestro gran príncipe.

Maria sentía mucha curiosidad de como una nación podía tener a mas de un gobernante coronado, eso para ella era impensable, después de todo en Alban la figura del monarca era absoluta, toda la autoridad y poder militar pasaban por ella y era otorgado por ella a sus vasallos.

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