Llevaban meses en aquellas colinas, escapando de los cazadores del usurpador, habían intentado cruzar las filas enemigas para ingresar en el bosque de Breen, pero al parecer ese bosque se habia convertido en una trampa mortal llena de cazadores y patrullas. Habían perdido a tres hombres cuando los descubrieron y otros dos murieron cuando escapaban.
Heron nunca habia tenido que luchar en su vida, sabia forjar toda clase de armas, pero no utilizarlas. Pero aun así cuando uno de los cazadores corrió en su dirección no supo como bloqueo se ataque y contrataco con una estocada que perforo el abdomen su enemigo. Pero a pesar de que mataran a mas de una docena de enemigos, no dejaban de llegar y sabiendo que tarde o temprano se verían por completo superados decidieron escapar del bosque.
Mientras mas se alejaban del bosque de Breen mas se alejaban de rescatar al consorte, no hubiera creído que fuera tan difícil, pero teniendo en cuenta que hacia mas de un año que se disputaban el bosque entre las fuerzas de la reina y las del usurpador, no le pareció raro que hubiera tanta vigilancia en aquella zona del bosque.
- ¿Qué haremos? - pregunto Rowan mientras dejaba en el suelo lo poco de leña que habia logrado reunir.
- No lo se - dijo Loreant, aunque Heron no podía evitar verlo como el capitán de la guardia - solo se que debemos entrar en ese bosque para llegar a la prisión donde esta el consorte.
- Si es que sigue con vida - comento mordazmente Casia.
Muchos de los hombres se inquietaron por ese comentario, no eran mas de veinte en ese momento, pero todos sabían cual era su objetivo y todos ellos estaban dispuestos a dar la vida por salvar a Andros Whitewood, pero al parecer seria una tarea mucho mas difícil de conseguir.
- No digas eso Casia - se quejo Loreant - debemos tener fe.
- Lleva encerrado mas de tres años Loreant - volvió a decir mordazmente Casia - puede que este muerto, o puede que este vivo, pero ya no sea el mismo.
Heron se horrorizo ante esa idea, pero debía admitir que tenia su lógica, no muchos hombres soportarían tanto como lo habia hecho el consorte hasta ese momento, pero desde que habían abandonado la capital hacia casi un año, Alban sangraba como nunca antes, en los primeros dos años de guerra el invierno marcaba un pequeño tiempo de paz, al menos en el norte, pero ese año ni el invierno logro detener a ambos ejércitos. Se decía por los campos que los Whitewood junto con los hombres de los clanes, sus antiguos enemigos, masacraban tropa tras tropa de soldados de la Urna, durante muchos años los del norte no eran nada mas que un escudo contra los peligros de mas allá de las montañas, pero ahora eran la fuerza mas temida por sus enemigos. Se hablaba de Lord Oscar Whitewood y los dos gemelos que eran sus hijos, tres titanes que con espada en mano atravesaban las filas enemigas dejando cientos de cadáveres tras su paso. Con hombres como esos no habia manera de que perdieran la guerra.
- Andros no es un hombre fácil de quebrar - dijo Loreant - estoy seguro de que aguantara, su voluntad es fuerte.
Heron dudaba de eso, habia escuchado rumores en todos lados cada aldea, cada pueblo en que paraban en su camino, muchas mujeres en los últimos años habían sido secuestradas por las fuerzas del usurpador, todas ellas eran mujeres hermosas, rubias y de ojos verdes. Heron temía el siquiera imaginar que era lo que podía buscar el usurpador con esas mujeres, no podía estar buscando a la reina, todos sabían que estaba en Las Diez Forjas, Rowan y Casia la habían visto allí. Heron pensó en el calibre de monstruo que era Alexander y un escalofrió recorrió todo su cuerpo cuando una imagen paso por su cabeza. La imagen de todas esas mujeres muertas, una por una en frente de Andros, el cual gritaba hasta que la sangre le salía de la boca. Cerro los ojos y trato de olvidar los juegos de su imaginación.
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Legitima
RomanceEste libro es la secuela de El Consorte y La Reina, recomiendo que vayan a leerlo primero. Nirde ha caído, Andros ha desaparecido y fue dado por muerto. Los ejércitos de Alban se encuentran desmembrados por todo el reino y Maria debe prepararse para...