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Loreant odiaba la idea de volver a entrar en aquella ciudad, mas teniendo en cuenta que la razón por la entraba era para presentarse ante el usurpador y decirle mentiras convincentes acerca de su ausencia de mas de un año. Por fortuna habían inventado algo que era muy factible y además entraba en la ciudad con Julio y sus hombres, hombres que supuestamente habían salido de Nirde para patrullar las aldeas cercanas a la capital.

Loreant habia tenido que soportar una paliza para que el cuento fuera mas convincente, supuestamente debían de haber capturado a Toran miembros de la resistencia local para poder sacarle información y la única razón por la que lo habían dejado vivir, era para que en un futuro pudieran usar sus conocimientos en un intento de asesinato contra el usurpador. Tenia la mitad del rostro aun hinchado por los golpes, también tenia un fuerte dolor en el abdomen donde lo habían golpeado hasta la saciedad.

Mientras caminaban por la calles de la ciudad algunos de los ciudadanos que conocían a Toran vieron sorprendidos como alguien que seguramente creían muerto aparecía ante ellos. Algunos guardias de la ciudad también se acercaron, pero Julio con su rango de capitán les ordenaba que se apartaran, pues debían presentar al desparecido capitán ante el rey lo antes posible.

Toran montaba un caballo cubierto con una capa de viaje y vestido con harapos para que nadie pudiera sospechar de que a historia no era real. 

En la puerta del baluarte real se encontraron cara a cara con Lord Harlam que los esperaba escoltado por mas de una docena de guardias y algunos caballeros. Toran bajo de su caballo con la ayuda de Julio y algunos de sus hombres, camino lentamente y cojeando hasta Lord Harlam e inclino la cabeza.

- Parece que era verdad - dijo el comandante mientras daba unos pasos al frente y ponía una de sus manos sobre el hombro de Toran - este es sin duda Toran.

Los guardias allí presentes celebraron y elevaron sus lanzas al cielo.

- Me alegro de verte - dijo Lord Harlam mientras se acercaba y le susurraba al oído - ten cuidado con lo que dices frente al rey, últimamente esta mas inestable, mucho mas de lo normal.

Toran no pudo evitar tener miedo por lo que le decía su comandante. Después de todo Alexander Hawks ya era muy peligroso estando tranquilo, ahora que estaba siendo presionado por la guerra seguramente seria aun mas brutal y desconfiado. Algo que seguramente esperaba el consorte.

Lord Harlam lo escolto junto con sus hombres hasta la sala del trono, allí habia muchos hombres, algunos que claramente eran del reino de la Urna, pues en sus vestimentas se podía ver el escudo real del rey Valeram, una urna blanca decorada por una corona. En toda la ciudad habia podido ver a cientos o quizá miles de hombres con ese escudo en la armadura o en los escudos, tal y como habia sospechado el rey Alexander habia estrechado aun mas las relaciones con el reino de la Urna, pero ni eso podría salvar al usurpador, el reino de la Urna siempre habia amenazado a Alban, pero nunca habia tenido el poder para hacerle frente y ahora sus ejércitos estaban tan diezmados como los del usurpador.

El usurpador estaba sentado en su trono, sus cabellos estaba aun mas largos y lo tenia atado en una larga cola de caballo que le caía sobre el hombro, tenia las manos llenas de anillos y un collar de plata le caía sobre el pecho, una barba rubia casi blanca le cubría el rostro y sus ojos azules tan claros como si estuvieran hechos de hielo. Vestía una larga cota de malla negra y llevaba una espada en el cinturón. Mientras Toran se acercaba cojeando y siendo escoltado por los guardias el rey lo observaba con una sonrisa perturbadora en los labios, sus ojos por otro lados claramente reflejaban enojo.

Toran se acerco hasta los escalones que se encontraban a los pues del trono y con ayuda de Lord Harlam incoó la rodilla ante el usurpador.

- El buen Toran - dijo el usurpador con una voz potente y temible - vuelve al redil.

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