Legitima

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Rowan ya tenia a sus soldados, había recorrido toda la ciudad de Nirde y todas las tierras y pueblos que la rodeaban en busca de hombres dispuestos a luchar junto a el contra los rebeldes de La Urna, para su sorpresa habían sido varios cientos de hombres los que se habían unido a el, muchos de ellos los mismos con los que había luchado en la toma de Nirde.

- ¡Volvemos para luchar por ti capitán! - habían dicho cuando se presentaban ante el.

La reina le había dado poderes, una carta con su sello real, que le permitía reclutar un ejercito bajo el estandarte real de Alban y que le permitía dar ordenes a nobles menores y plebeyos como si de un miembro de la familia real se tratase, su misión era la voluntad de la reina y todos debían someterse a ella y ver que se cumpliera su tarea. Los hombres que tenia bajo su mando eran soldados experimentados, habían sido campesinos y plebeyos al inicio de la guerra, pero habían luchado junto a el desde que Nirde había caído y ahora eran tan eficientes y letales como lo que el necesitaba en su ejercito.

- Nuestra tarea - le dijo a sus capitanes mientras se reunían en una casa abandonada del pueblo donde se habían establecido - es muy sencilla, varios jóvenes nobles y caballeros se alzaron en armas por no querer pagar los impuestos a nuestra reina, la nobleza mas poderosa no los apoya, pero sus intentos por detenerlos claramente no fueron enserio, no quieren matar a sus compatriotas.

- ¿Se sabe su numero? - pregunto Demian mientras se cruzaba de brazos.

- No pueden ser muchos - le dijo Rowan - si fueran un ejercito de verdad ya habrían atacado a las guarniciones o tendrían verdadero apoyo de los nobles, estos hombres pueden ser quizá unos mil, pero disgregados por el territorio, sus ataques han sido en zonas muy separadas unas de la otras.

- No están cohesionados - comento Alastor, el mas viejo de los capitanes, veterano de la guerra del rey Guillermo, no era tan viejo como su abuelo, pero ya tenia mas del doble que la edad de Rowan y se mantenía fuerte y activo - algo me dice que los mismos nobles que se rebelan tienen rivalidad entre ellos o se encuentras tan separados por el territorio que no logran reunirse en una fuerza verdaderamente significativa.

- Aun no hemos reunido la cantidad de hombres que deseo llevar a La Urna - dijo Rowan entonces mientras abría el mapa - quiero mas, muchos mas, no quiero tener que cazarlos en cada rincón, quiero exterminarlos, que no quede ni uno solo de ellos, que sus lideres se arrodillen ante el estandarte de nuestra reina y que la justicia de Alban caiga sobre ellos.

- Digno de un caballero de Alban - comento el viejo Alastor - pero será una tarea difícil, y mas sin el verdadero apoyo de la nobleza local.

Rowan vio que el anciano tenia razón, la nobleza en La Urna aun después de que sus ejércitos fueran aniquilados y se rindieran ante Alban seguían teniendo mucho poder y control sobre sus tierras, únicamente los territorios que se encontraban bajo el gobierno directo del anterior rey Valeram estaban ahora bajo un control absoluto de los representantes de la reina. Pensó en que podrían hacer, cuando un recuerdo llego a su cabeza, el nombre de aquel noble que había ayudado a Malco, el que le había abierto las puertas de la ciudad de Rurk, su nombre si no se equivocaba Rowan era Lucius Frox.

- Nuestro primer destino cuando crucemos la frontera será la ciudad de Rurk - dijo señalándola en el mapa, era la ciudad mas al norte de La Urna - su nuevo gobernante traiciono a La Urna durante al guerra y posiblemente este mas que dispuesto a ayudarnos con tal de conseguir un poco del favor de la reina María.

Dicho esto, el plan se había trazado, lo único que les faltaba era conseguir armamento suficiente como para armar a los soldados, por fortuna para Rowan, Heron le había enviado una carta afirmando que disponía de suficiente hierro como para armar a su ejercito y que la reina ya había pagado por ello.