María abandono Las Diez Forjas un par de días después de recibir la noticia de que Lord Whitewood habia masacrado a sus prisioneros y violado las ordenes que le habia dado. Se habia despedido de su amada hija, la habia abrazado con todas sus fuerzas y le habia besado cada rincón de su cara, al final Miriel lloro un poco, pero gracias a Keyla y Tacia su hija pudo dejarla ir. Con ella irían Ambras y mas de un centenar de hombres, entre los cuales se encontraban sus caballeros y hombres de Whitewood. Odiaba tener que dejar a su hija, pero no era seguro que la llevara con ella, después de todo no sabia que podría ocurrir ni en el camino hasta su destino ni lo que pasaría una vez que llegara.
También antes de partir se despidió de Andros, se acerco a su estatua y tomo la capa que aun estaba atada a sus hombros de piedra, María se la puso para cubrirse del frio, sintió el aroma que desprendía aquella piel y supuso que seria a suciedad, pero no, era el aroma de su esposo aun impregnado en aquella piel después de tanto tiempo. Observo por ultima vez el rostro de Andros toco las frías manos de piedra que sostenían una espada de verdad que estaba intacta como el mismo día en que la habían puesto allí.
- Adiós mi amor - dijo María a la estatua - protege a nuestra hija desde donde quiera que estés.
El viaje que tenia que llevar a cabo no seria corto, ya de por si tardaría una semana en llegar a Isma y queria aprovechar el momento para pasar un par de días en la ciudad y ver como estaban yendo las cosas después de que sus fuerzas la retomaran, los informes eran favorables, pero aun así necesitaba comprobar que todo estuviera bien y que la ciudad se encontraba en tan buen estado como le era informado.
En el viaje María vio una vez mas las tierras del norte, las tierras de los Whitewood, grandes y densos bosques de pinos altos y viejos, pequeñas aldeas desde las que personas salían a saludarla desde la distancia y la nieve, un desierto helado que separa a aquellas tierras del resto de Alban. La primera vez que paso por allí, le pareció un lugar horrible y inhóspito, ahora le debía su propia supervivencia y la de su hija a aquellas heladas tierras que frenaban el avance de las fuerzas del usurpador en cada invierno. Ambras siempre cabalgaba a su lado y ambos viajaban rodeados por todos los hombres.
- Dime una cosa Ambras - dijo María tomando al hombre por sorpresa - ¿crees que ya estemos en condiciones de marchar contra Nirde?.
María tenia muchos consejeros, pero Ambras siempre le decía la verdad, la mas cruda y a veces incluso de forma cruel y cuando hablaban a solas o con la simple presencia de Tacia, Ambras la regañaba por descuidos en la logística o en tomar medidas muy apresuradamente. También de cierta manera sentía que los consejos que podría darle Ambras serian los mismo que le daría Andros en esos momentos.
- Le seré sincero - dijo sin apartar la mirada del camino - el usurpador aun controla occidente, con algo de dificultad gracias a la resistencia, pero sigue controlando castillos y controla Sinca, el puerto comercial mas importante de su reino.
- ¿Quieres decir que debería primero recuperar las marcas occidentales? - pregunto María.
Ambras entonces la miro y asintió.
- Majestad, creo que ha olvidado que el usurpador llego por mar y que aun cuenta con una flota potente, si atacamos Nirde y llegásemos a fracasar el podría escapar antes de darnos la oportunidad de tomar la ciudad nuevamente y entonces solo tiene que subir a un barco y solo los dioses saben donde se esconderá y se volverá una amenaza para futuro.
María pensó lo que decía Ambras y no vio error alguno en su suposición, con occidente en su control Alexander podría abandonar Nirde y escapar por mar, pero si María lograba tomar el control de las rutas occidentales podría estar segura de que no podría escapar por mar, podría ir al sur, pero gracias a las fuerzas de su tío era un camino mucho mas peligroso y mucho mas ahora que habia dado ordenes a su tío de que simplemente ignore a la ciudad de Finot y que avanzara lo mas al oeste que pudiera pues necesitaba que presionara por el sur a las fuerzas del usurpador.
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Legitima
RomanceEste libro es la secuela de El Consorte y La Reina, recomiendo que vayan a leerlo primero. Nirde ha caído, Andros ha desaparecido y fue dado por muerto. Los ejércitos de Alban se encuentran desmembrados por todo el reino y Maria debe prepararse para...