Dumbria

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Esta era la primera vez que abandonaba su reino, pero parecia ser que su padre no queria confiar en nadie mas la tarea de hablar con la reina María Hawks de Alban. Su padre parecia estar convencido de que ahora mas que nunca debía aumentar al máximo su buena relacion con Alban, por eso habia aceptado ayudar a todos los refugiados, a Mariella le pidió con aun mas suplica que intentara conocer al consorte de la reina y ver que clase de hombre era realmente.

- Se que no te gusta la idea de hacer tan largo viaje hija mía - dijo su padre mientras tomaba sus manos - pero realmente debemos estar listos, el rumbo de la guerra a cambiado y no solo el principado se a unido a Alban, ahora parece ser posible que Alban conquiste a la Urna, si eso se llegara a consolidar, Alban se convertiría en el reino mas poderoso de todo occidente y Dumbria necesitara tener buenas relaciones con su reina y su consorte.

- Lo se padre - le respondió mientras lo abrazaba - no pienso fallarte.

Su padre la tomo de los hombros y la miro fijamente.

- Ante todo - dijo con cautela - quiero que confirmes si los rumores acerca del consorte real son verdad.

- ¿Por que padre? - pregunto sin comprenderlo - ¿no deberíamos centrarnos únicamente en la reina?.

Su padre asintió y luego la miro con mas firmeza.

- Puede ser que tengas razón - dijo su padre - pero no podemos ignorar que el consorte es el líder de la guerra, los hombres luchan por su reina, pero siguen al consorte y los rumores acerca de el son perturbadores, quiero saber si realmente un hombre tan terrible es el líder de los ejércitos de Alban, pues si queremos que Dumbria sobreviva debemos ser sus aliados.

La despedida de su padre fue dura, pues hasta ese momento nunca habia abandonado Dumbria y nunca habia estado tan lejos de su padre.

En su viaje era acompañada por cincuenta soldados y cinco caballeros que le servían como escolta, pues su padre no queria que nada le pasara en el viaje y los caminos desde que la guerra habia comenzado hace tres años, se habían vuelto verdaderamente peligrosos.

Mientras viajaba se encontraba en mas de una ocasión con patrullas enteras de hombres que portaban el estandarte de la reina María, un halcón coronado, muchos de esos hombres parecían no ser simples soldados, eran veteranos, con armaduras gastadas y rostros curtidos. Con ver a esos hombres Mariella entendió porque su padre consideraba que Alban se volvería tan poderoso, sus hombres ahora eran los mas curtidos y experimentados que habia en todo el continente.

Todos los hombres con los que se cruzaron al ver su estandarte real, el león plateado rugiente coronado con tres corazones alados, les dejaban el paso para que pudieran seguir en su camino a la capital de Alban. 

El viaje tardaría una semana entera, por fortuna los caminos eran algo que hacia que el viaje fuera mas tranquilo, pues estaban bien construidos y les permitieron avanzar rápidamente en su viaje. Pasaron por fortalezas, pueblos y la ciudad de Turk, aunque se decepciono de no poder visitarla, pues allí solo habia soldados y las pocas personas que ahora habitaban allí eran algunos de los habitantes que se habían refugiado en las montañas en busca de seguridad. Sus escoltas le dijeron que allí solo habia soldados y que no era un lugar que ellos consideraran adecuado para ella. 

La llegada a la capital fue algo que la sorprendió, pues a pesar de que la ciudad de Tilien era grande y poderosa, Nirde, la capital de Alban le resulto algo impresionante, habia aun rastros de guerra, los campos a su alrededor estaban siendo nuevamente arados y habia zonas donde claramente habían acumulado grandes cantidades de cuerpos y los habían quemado, también la puerta fue recibida por el que parecia ser el comandante de la guardia.

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