I- La niña del bosque

3.3K 304 48
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



Todavía portaba la armadura y las telas pegajosas por los restos del último endriago que había partido por la mitad, llenándome de aquella sustancia viscosa y maloliente que lo mantenía vivo. Cabalgaba al paso, cansado de la última salida a un pueblo cercano, donde había aceptado las misiones de matar por lo menos una decena de arachas. No me quejaba, pues eran tan fáciles de matar que cualquiera de mis muchachos a poco que supieran blandir la espada podría con ellas. Eran dinero fácil, y así lo demostraba el saco de monedas que colgaba de mi cinturón. Pero no dejaba de ser tedioso.

El endriago había sido otra cosa... me había dado guerra antes de irse al infierno y ni siquiera fui recompensado con monedas, pues había salido de un pantanal mientras cruzaba el bosque y quería comerse a mi montura. Y a mí de paso.

Ixas, mi caballo, comienza a bufar y moverse nervioso, lo que provoca que me tense y active mis sentidos de brujo, intentando encontrar al próximo monstruo que intentará atacarnos.

Un ser del tamaño de un niño humano cubierto con una sucia y raída capa azul camina a paso rápido a través del bosque. A simple vista no parece que pueda ser peligroso.

Demasiado grande para ser un enano, demasiado pequeño para ser un elfo. A pesar de que mi olfato puede detectar un levísimo toque de azufre, restos de magia. ¿Tal vez sea un doppler? O puede que un crianho, aunque son muy raros en estos días. Mi medallón no vibra, como cuando detecta un monstruo.

Apuro la marcha presionando con los talones a los lados de Ixas, y cuando llego a la altura del pequeño ser, tiro de su capa hacia atrás a través de un hueco con la empuñadura de mi espada, no queriendo herirlo de primeras.

Un sonido ahogado de sorpresa y miedo sale de la garganta del ser seguido por un gruñido, que bien podría ser el bufido de un minino.

Tras 80 años siendo un brujo no hay muchas cosas que me sorprendan, pero los ojos verdes que me miraban sí lo hacen. He visto muchos tipos de criaturas, más que muchos de mis compañeros, pues me dedico a crear un bestiario para ayudar a brujos de generaciones venideras; pero jamás había visto unos ojos de ese color tan vívido. Resaltaban incluso a pesar de la suciedad que cubría la cara de aquella niña.

THE WITCHESS //  The Witcher fanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora