Destinada a sobrevivir.
Destinada a luchar.
Destinados a protegerse.
Geralt de Rivia, conocido por muchos nombres, pero por todo el mundo como Brujo (witcher), un mutante creado para matar monstruos a cambio de unas monedas.
Su vida solitaria...
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El portal me deja en medio de un inhabitado desierto. Y es justo lo que necesito para enterrar todo lo que ha pasado y seguir adelante con mi objetivo.
Grito, aunque provoco una tormenta de arena a mi alrededor. Pero no me preocupa, porque no puedo dañar a nadie.
No solo grito el dolor, lo grito todo: Lo bueno y lo malo, hasta que no queda nada.
Trazo en mi mente el nuevo plan teniendo en cuenta los últimos acontecimientos, y les hago saber a todos y cada uno de los de mi lista, que sigo en la caza, a través de un mensaje telepático. Sé que soy la única que puede hacerlo a grandes distancias.
Te encontraré. Mientras tanto, espero. Espero a que mueras.
Mientras camino por el valle sombrío de la muerte, no temeré ningún mal, porque soy la hija de puta más malvada que ha pisado este Continente.
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Meses después del accidentado baile de Redania, no tardan en llegar a las tabernas nuevas canciones de lo acontecido por el, ya más que famoso, bardo Jaskier.
Las primeras cantan sobre la cruenta batalla de los dos guerreros más famosos e invictos del Continente: El Lobo Blanco y The Witchess.
Mientras me escondo en el fondo de una de las posadas, llenando mi estómago antes de partir, me encuentro al bardo subido al escenario improvisado, sentado en una silla, solemne con su laúd.
-Esta noche, seréis los primeros afortunados en escuchar mi nueva balada. Que la disfrutéis. Y no olvidéis lanzar algunas monedas al finalizar la función.
Me apresuro a poner todas mis defensas para ser invisible e irreconocible, pues acabo de ver en el otro extremo, también entre sombras, al Brujo que el bardo siempre acompaña. Tiene la mirada perdida, melancólica, mirando al vaso de cerveza. Cualquiera que no lo conozca, sólo se fijaría en su expresión avinagrada. Pero sus ojos siempre me han dicho todo lo que quería callar.
El laúd empieza a llorar bajo los cada vez más expertos dedos del bardo. Y, con voz melancólica, comienza a cantar.
Estas cicatrices han anhelado durante mucho tiempo tu tierna caricia
Para unir nuestras fortunas, maldigo lo que las estrellas poseen
Desgarra mi corazón, entonces tu amor profesa
Un destino sinuoso y entretejido que ambos expiamos.
Huyes de mi sueño por la mañana
Tu aroma fresco y dulce a azahar y jazmín
Para soñar con mechones nevados entrelazados, tormentosos
De ojos violetas, brillando mientras lloras.
El lobo que seguiré en la tormenta
Para encontrar tu corazón, su pasión desplazada
Por la ira siempre creciente endureciéndose en piedra
En medio del frío para sostenerte en un cálido abrazo
Huyes de mi sueño por la mañana
Tu aroma fresco y dulce a azahar y jazmín
Para soñar con mechones nevados retorcidos, tormentosos
De ojos violetas, brillando mientras lloras.
No sé si el destino nos hizo vivir como uno
O si por la ciega casualidad del amor nos hemos unido.
El deseo que susurré, cuando todo empezó
¿Forjó un amor que nunca hubieras encontrado?
Huyes de mi sueño por la mañana
Tu aroma fresco y dulce a azahar y jazmín
Para soñar con cabellos nevados retorcidos, tormentosos.
De ojos violetas, brillando mientras lloras.
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