Destinada a sobrevivir.
Destinada a luchar.
Destinados a protegerse.
Geralt de Rivia, conocido por muchos nombres, pero por todo el mundo como Brujo (witcher), un mutante creado para matar monstruos a cambio de unas monedas.
Su vida solitaria...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Con un Jaskier a lomos de Sardinilla, rebotando como un muñeco de paja, sin fuerzas, contra mi espalda, galopo hasta el puesto de guardia de un grupo de soldados en la frontera de Novigrado.
-¿Hay algún doctor aquí?- Exclamo apresurado, sabiendo que el tiempo de Jaskier corre en nuestra contra.
-Sí. Chireadan, el sanador elfo.- Contesta uno de los soldados fumando su pipa.
Desmonto de un salto del caballo y arrastro a Jaskier agarrándolo bajo sus axilas, apresurándome a la tienda que me señala. Los quejidos intentando respirar del humano poniéndome más y más nervioso.
Lo ayudo a sentarse en el suelo de la tienda, mientras boquea y gime de dolor. Le cuento la historia al médico elfo, que me escucha casi sin poder creerlo.
-¿Un djinn en una botella? Como un cuento.- Comienza a revisarlo con rapidez.
-Sin final feliz.- Recuerdo preocupado.- ¿Puedes ayudarlo?- La camisa blanca está empapada de toda la sangre que ha vomitado y la garganta se ha inflamado demasiado, volviéndose de un color berenjena que me recuerda preocupantemente a la gangrena.
-Madre mía...- Susurra el elfo. Jaskier suelta sonidos dolorosos y preocupados mientras bracea.
-¿Qué?- Apresuro a la respuesta.
-Te aseguro que he recibido la mejor educación médica de Rinde, pero... son heridas mágicas. Puedo ayudar con el dolor, pero...- Jaskier comienza a asentir con premura antes de volver a vomitar sangre.
-Es como poner ungüento sobre un tumor.- Termino por él la frase sin humor. El autor de la frase quiere asesinarme con la mirada. No puede hablar por la falta de aire, pero estoy seguro de que me ha insultado.
-Le ha dañado la garganta.- Explica mientras comienza a preparar el brebaje.- Si no se detiene el hechizo lo antes posible, el daño podría ser irreversible. - Jaskier suelta un Qué estrangulado antes de volver a ahogarse con su sangre. Lo aguanto para que no caiga con la fuerza de sus arcadas y le mantengo la cabeza extendida para que el aire siga pasando.- El daño se extiende con el tiempo. Incluso podría morir.
-¡Joder, Geralt!- Llora sin aire. Agarrándome los brazos como un salvavidas.
-Tranquilo... eh...- Incómodo, intento darle unas palmadas de ánimo en la espalda, que más bien parece que le estoy quitando el polvo a la ropa vieja.- No lo permitiremos.
Se lanza al brebaje anestésico como un moribundo sediento en un desierto, bebiéndoselo de golpe.
-La medicina le dará unas horas, pero necesita una cura mágica.- Me advierte.- Tienes que llevarlo a Tregotor, la capital.- Frunzo el ceño. Está a un día mínimo de distancia a galope.
