XIII- Escarcha.

56 4 0
                                    

Para cuando finalmente salimos de la tienda, he perdido la cuenta de las horas que han pasado y en qué día nos encontramos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Para cuando finalmente salimos de la tienda, he perdido la cuenta de las horas que han pasado y en qué día nos encontramos.

Jaskier aplaude irónico, actuando como si mirase un reloj de bolsillo imaginario.


—¿Batiendo récords, eh? Pensé que Geralt habría muerto de un paro cardíaco, ya sabes, la edad y el exceso de ejercicio durante días...

—Estoy de buen humor esta mañana, te recomiendo que no provoques que cambie.— Lo corto, lanzando un Ignii para encender la hoguera y que el almuerzo se cocine. La llamarada es suficiente para callarlo.

—Me temo que esa será mi función hoy.— Gruñe el Brujo. Lo miro con el ceño fruncido.

—Teníamos que salir en algún momento de esa tienda, pero si tengo que volver a meterte para que no te enfurruñes, seguro que movernos puede esperar un rato.— Replico. Me mira con una ceja alzada, reconsiderándolo por un momento, pero chasquea la lengua en negación.

—Cuando luchamos después de lo de Caingorn... fuiste buena, muy buena, pero no excelente. Pudiste haber muerto.— Su tono de regañina de maestro es ciertamente irritante.

—Ambos pudimos haber muerto.— Corrijo y le recuerdo que los puñales estaban en el cuello de los dos.

—Como bien dijiste aquella vez en Kaer Morhen siendo una chiquilla, "algo menor que la perfección implica muerte". No permitiré que te enfrentes a tus enemigos sin la certeza de que no cometerás ningún fallo, así que no saldremos de aquí hasta que ganes todos los combates contra mí.



Me quejo, me exaspero, le dejo muy claro lo que me irrita que me siga tratando como su aprendiz infantil como si no fuera capaz de patearle el culo, y él me cabrea cuando me responde que estoy demostrando lo infantil que puedo ser. Así que cojo mi espada indignada y le insto a que encabece el camino.

Nos alejamos del campamento para no romper nada, pero Jaskier, más que aburrido después de tantos días y curioso como siempre, se queda de espectador en la linde.

Desenfundamos las espadas y comenzamos a pelear, rindiendo tributo a nuestros tiempos en Kaer Morhen. Una y otra vez, reiniciamos el combate a cada mínimo error que Geralt se apresura en señalarme, como un maestro tocapelotas, provocándome un gruñido.


—Deja de jugar, Ailith. Tanto que te llenas la boca de lo bien que luchas con la espada, demuéstralo.

—No quiero hacerte daño.

—Pues tus enemigos sí.— Gruñe.— Quieres que no te subestime, que confíe en tus habilidades. Demuéstramelo. Tu adversario no tendrá piedad, yo tampoco, así que te recomiendo que te lo tomes en serio.— Sermonea.

THE WITCHESS //  The Witcher fanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora