XIV- Una partida de Gwent.

58 10 0
                                    

Nos movemos por los caminos nevados durante dos días, simples sombras entre los bosques

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Nos movemos por los caminos nevados durante dos días, simples sombras entre los bosques.

Sería bonito y bucólico decir que lo único que se escucha cuando pasamos son los sonidos quedos de los caballos, bufidos, relinchos y los cascos crujiendo en la nieve, como un desfile fantasmal, pero lo cierto es que las quejas de Jaskier se escuchan por los bosques frondosos del Continente como una banshee.


—¿Falta mucho?— Pregunta por milésima vez.

—Sí.— Gruñe Geralt. El bardo se lamenta como si acabaran de darle la noticia de que morirá mañana.

—Hace dos horas que no siento mi trasero. Por piedad, paremos un poco.— Pongo los ojos en blanco pero tiro de las riendas para que Nyx se detenga.

—Tienes treinta minutos de cortesía. Puedo oler que se acerca una nevada.— Concedo, bajándome de la montura y estirando mis músculos. El humano se desmonta con gruñidos de dolor y renquea por el suelo.

—¿Os queda algo de comer en las alforjas?— Pregunta rebuscando en las suyas vacías.

—Saliste con ellas llenas del último campamento.— Reprende Geralt.— Devoras más rápido que un eslizón famélico.

—Necesito calorías para aguantar este frío.— Replica airado.— ¿Soy el único que sueña con una cama mullida tras una buena cena en una posada?

—Sí.— Respondemos ambos Brujos.

—Mis maltrechos huesos necesitan una noche bajo techo.— Lloriquea. Gruñendo, agarro en un puño la cecina seca de mis alforjas y se la meto en la boca para que se calle.

—Treinta minutos.— Recuerdo. Comienza a toser.— El tiempo que pasas ahogándote cuenta.


Puntualmente, Geralt y yo nos subimos a las yeguas, y miramos con el ceño fruncido al bardo, que remolonea mientras se queja de lo agotado que está.


—Estoy demasiado mayor para estos trotes.

—No estás obligado a seguirnos.— Recuerdo.

—Qué poco me valoran aquellos a los que más aprecio.— Se lamenta con una mano en el corazón.— Creo... que... mi corazón... se ha roto.— Y se desmaya sobre la nieve teatralmente para que lo dejemos más tiempo... o vayamos a una posada.

—Geralt, creo que Jaskier ha muerto.— Anuncio irónica, con una ceja levantada.

—No está muerto, sólo es imbécil.— Responde con un gruñido. El bardo levanta la cabeza de golpe, agraviado.

—¡Eres un monstruo sin corazón!— Exclama ultrajado.


Conseguimos reanudar la marcha, pero continúa hablando todo el rato de las virtudes de pasar una nevada bajo un techo de verdad y no una tienda; así como de un buen colchón de paja con su chimenea en el cuarto, y un buen guiso, caliente y sabroso, cocinado por una amable posadera.

THE WITCHESS //  The Witcher fanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora