Destinada a sobrevivir.
Destinada a luchar.
Destinados a protegerse.
Geralt de Rivia, conocido por muchos nombres, pero por todo el mundo como Brujo (witcher), un mutante creado para matar monstruos a cambio de unas monedas.
Su vida solitaria...
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Esa misma noche, por muy cansada que estoy, no puedo evitar adentrarme a la especie de museo que guarda la fortaleza. No puedo dormir de la emoción ni del dolor, y estoy más ávida que nunca por saber.
Observo detenidamente toda la colección de antiguas espadas y armaduras, como un altar a los brujos fallecidos.
-Por supuesto, no podías hacerme caso ni por una vez y descansar, ¿verdad?- Suelta Vesemir a mis espaldas, más resignado que enfadado. Se apoya contra una armadura cuyo casco está formado por cuernos. - Esta armadura perteneció a Klef, uno de los primeros brujos. Muy anterior a mi tiempo.
-¿Qué le ocurrió?
-Un monstruo muy antiguo, un demonio, criaturas ya extinguidas. Consiguieron encerrarlo en su bosque infernal, pero Klef fue apuñalado en un último intento desesperado del monstruo de huir.
-Las historias de miedo no me asustan, si es lo que intentas.- Aviso. Sonríe sin humor y se gira hacia otra armadura, más actual.
-Y esta armadura perteneció a Deglan, mi maestro. Murió en estos mismos salones a manos de los humanos en la masacre de Kaer Morhen.
-Era como un padre para ti, ¿no? Como tú para Geralt.
-Podría decirse. Me enseñó todo lo que sé, me convirtió en brujo. Los coges de pequeños, y cuando dejan de gritar por mamá los alimentas, los entrenas, los envías al mundo exterior y esperas cada invierno a ver cuáles vuelven vivos. Cada año son menos, como ya has visto. - Se queda callado, sus ojos una mezcla de gris verde y dorado estudiándome. Se sorprende al ver que mi expresión no cambia demasiado. - Es difícil asustarte.
-A veces es hora de parar y otras de moverse.
-¿Eso fue lo que te ayudó a escapar de Cintra? - Y sé que hay algo que sospecha de mí, que hay algo que escondo, lo sospecha desde el primer día y sigue esperando averiguarlo. Pero no lo hará si está en mi mano.
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