VI- Venenoso infierno

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Hace calor. Mucho calor. Siento el sudor pegajoso mezclado con la mugre por toda la piel que casi parece chisporrotear.

¿Era la muerte tan asfixiante? ¿Estaría en lo que algunos humanos llaman el infierno?


La muerte se parecía mucho a un bosque. Aunque me costara mantener los ojos abiertos y la vista enfocada, sabía que era un bosque, con una fogata cerca, y mi cuerpo pesado descansaba bajo un árbol, sobre unas telas nada suaves.


Sólo consigo enfocar a unos centímetros de donde se encuentran mis ojos, por eso me sobresalto cuando unos dedos acarician mi mejilla con el más ligero de los toques.

Sé que murmuro algo, pero no entiendo lo que digo.


-No estás muerto.- Contesta una voz dulce y calmada que me resulta muy familiar, aunque no consigo ubicarla.- Sólo despierto, aunque a duras penas. Toma.- Y las manos se acercan otra vez con un cuenco y una cuchara de madera. Bebo un sorbo del caldo caliente.

-Sabe a enebro con...- Comienzo a murmurar y es entonces cuando lentamente mi visión comienza a aclararse y veo a la mujer que me cuida.

-Mejorana, sí. Se estaba gangrenando.- Responde la mujer, calmada. Con una sonrisa tranquilizadora y casi maternal.


Es Ailith. Mi Ciri.

El cielo es raro, pero estoy en él.


-Ha neutralizado la toxina.- Continúa explicando.- No te muevas.- Ordena con dulzura, tocando levemente mi pecho para después pasar el dorso de su mano fresca por mi frente ardiente. Y se levanta.


No quiero que se vaya.

Todavía no puedo seguirla.


-Hay... magia...en el aire...- Murmuro, sintiendo la picazón y el olor a fósforo.


Frunzo el ceño mientras todavía me cuesta mantener los ojos abiertos y la vista fija.

¿Para qué necesita magia en la muerte? No tiene ningún sentido.


-Una herida complicada, Geralt.- Su rostro vuelve a mí, uno de sus ojos es violeta, pero el otro es verde, como cuando era niña. No puedo decidir cuál es más hermoso, pero ambos calientan mi pecho.- No te preocupes, te repondrás.- Me promete con una pequeña sonrisa tranquilizadora. Y vuelve a desaparecer de mi vista.


-Despierta, Geralt. No puedes dormirte ahora.- Susurra otra voz a lo lejos. No es la de Ailith, pero me resulta vagamente familiar.

-Sabes mi nombre.- Susurro con dificultad, el aire saliendo sibilante entre mis labios secos entreabiertos.- Estás en mi cabeza, escuchando.- Y la desconfianza me hace mantenerme alerta.

-Soy hechicera... pero eso ya lo sabes.- Siento sus manos rozarme levemente la herida.- Te ha curado el pulso. Vuelve a latir como siempre, cuatro veces más lento de lo normal.- Aprecia con satisfacción.

-Soy un brujo.- Respondo a la mujer que todavía no se muestra más que como un borrón.- Pero eso tú también lo sabías. Gracias por salvarme.- Susurro cansado.

-Yo no te he salvado, Geralt. Ha sido Ailith, lo sabes. Al igual que sabes que yo no soy ella.

-Me alegro de que nos hayamos encontrado, aunque sea después de la muerte.

-No estás muerto, Geralt. Tú no. No tengo mucho tiempo, pero hay algo importante que debo decirte.- Entonces me levanto como un resorte.

-Acércate.- Ordeno, con un nudo en la garganta. La imagen se acerca lentamente, aclarándose, mostrando una mujer joven de cabellos rojizos y verdes ojos. La mujer que me trajo al mundo.- Visenna.


A duras penas la recordaba desde que me quedé huérfano desde muy niño, pero aquí estaba, tan clara como si fuese ayer la última vez que la había visto.

A duras penas puedo contener la tristeza que me embarga como si fuera aquel niño humano de nuevo.

Mi boca se abre, pero no consigo decir nada.


-No tienes que decir nada, lo sé.- Me calla antes de que pueda empezar, apresurada.- El momento de reencontrarnos llegará, pero no es ahora. Es hora de seguir adelante, hijo mío. Hora de encontrar lo que has perdido.

-He perdido tantas cosas...

-La mujer del bosque siempre estará contigo. Ella es tu destino.- Frunzo el ceño. Malditos hechiceros y sus adivinanzas.- Recuerda: aquellos unidos por el destino, están destinados a encontrarse.


Y su imagen se desvanece como humo, sin poder retenerla, mientras mis ojos se cierran, mortalmente pesados.

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THE WITCHESS //  The Witcher fanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora