XL- Una esperanza.

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Con Geralt finalmente recuperado, nos montamos en Sardinilla y volvimos a Velkart, donde había dejado a Jaskier cuidando de Nyx.

Podríamos habernos aparecido sin problema, pero fue un acuerdo tácito sin palabras, volver juntos, disfrutando de la calma.

Nos balanceábamos suavemente con el vaivén de la yegua, y me permití relajarme agarrada a la cintura de Geralt, suspirando mientras descansaba una mejilla sobre su espalda, empapándome de su olor a madreselva, puro y nítido, recién limpio.

No fue difícil encontrarlo cuando llegamos al pueblo, pues era el blanco de una furiosa mujer que no paraba de lanzar cosas entre gritos por el balcón, mientras el bardo se los devolvía en un infructuoso intento de calmarla.

Su semana había sido intensa también por lo que parecía.


-¡Oh, por favor!- Exclama de nuevo el bardo haciendo caso omiso al pueblo espectador. Se protege la cabeza para no recibir ningún trozo de vasija voladora que se estampa en el suelo.- ¡Fue solo cosa de una vez! ¡Créeme que tuve la oportunidad de engañarte con muchas personas distintas, pero fue un mínimo desliz! ¡Y no significó lo más mínimo!- Sus excusas, obviamente, no paliaron el enfado, y pronto tuvo que recuperar todos sus pergaminos desperdigados por el suelo.- Además, ¡estos ni siquiera son míos!- Exclama mostrando unos pantalones claramente de varias tallas mayores.

-¿Creías que eras el único que se divertía por su cuenta, miserable y embustero hijo del diablo?- Contesta ufana la mujer desde el balcón, preparada para seguir haciendo una rápida mudanza.

-Sin duda parecen hechos el uno para el otro. Una semana vivida al máximo. No entiendo cómo no se casan y son felices para siempre.- Comento jocosa a Geralt desde las sombras.

-Hmmmm.- Es su única respuesta.

-Bueno... sí, más o menos.- Responde el bardo afectado, como si hubiese sufrido la más vil de las traiciones. La mujer se pone todavía más furiosa y azota el rostro con otra prenda lanzada con precisión y velocidad.- Nosotros somos así, cielo mío. Somos creativos, librepensadores...- Cambia de estrategia y cambia a su voz de bardo.- ¡Todo vale!

-¿En serio?- Le susurro al oído desde atrás, provocando que brinque mientras grita asustado.

-¡Demonios! ¿Cuándo dejarán de saltarme a la cara las mujeres mágicas y sexys?

-¿Eso fue lo que pasó? ¿Te saltó una la cara atacándote y te encontraste sin quererlo entre sus piernas?- Regaño con una ceja alzada.

-Eh... me alegro de verte, Ailith. Pero ahora mismo no es un buen momento.

-Puedo verlo.

-¿Todo bien por Temeria?- Pregunta sin prestar atención, con los ojos puestos en el balcón.

THE WITCHESS //  The Witcher fanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora