XVIII- Los peligros de la Senda.

433 60 9
                                    

Los cascos de los caballos a trote sonaban esponjosos contra el suelo embarrado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Los cascos de los caballos a trote sonaban esponjosos contra el suelo embarrado. Los tres viajábamos por la Senda, decidiendo en qué aldea parar la próxima vez que necesitásemos fondos.


-Lo cierto es que creo que no deberíamos adentrarnos en un lugar con demasiada gente a menos que necesitemos información o sea completamente necesario.- Dice Geralt.

-No sé la princesa cuánto más aguantará durmiendo en una tienda y comiendo de una hoguera.- Refunfuño señalando con la cabeza a Jaskier, que va montado siempre quedándose atrás por aprovechar para componer con el laúd.- ¿Has experimentado alguna vez cuál es el tiempo máximo que puede vivir sin aplausos antes de enloquecer?- Pregunto burlona.

-Puedo ser humano, pero te estoy escuchando, Ailith.- Avisa molesto, provocando que me ría entre dientes. Entonces, escucho como detiene al caballo y se baja de él.

-Estamos en medio de ninguna parte, ¿qué diablos estás haciendo?

-Demostraros que puedo ser útil además de amenizaros el camino.- Contesta orgulloso.- Te veo famélica, Ailith, deja que me adentre sin rumbo en los matorrales y consiga un tentempié delicioso que calme tu estómago y tu mal humor.

-Jaskier, deja de hacer el idiota por mucho que te cueste.- Suelta Geralt, cansado.- Si tuviera hambre, ella misma cazaría o incluso aparecería algo.

-Qué fácil es todo cuando se tienen poderes. Se pierde la esencia del propio esfuerzo.- Contesta suspirando, como si el muy capullo se hubiera esforzado por recolectar comida alguna vez en su vida.- Eh... esto...- Comienza a buscar alejándose del camino, claramente perdido en cuánto a por dónde empezar.- Vaya, qué hambre. Podría comerme un... un...- Y se agacha recogiendo unas bayas de un rojo que claramente grita peligro.- ¡Unas maravillosas frutas silvestres! Tendréis que convencerme de que comparta, porque la verdad, se ven deliciosas...

-Cómete sólo una y te convertirás en abono para el bosque. Son venenosas, bardo.- Aviso con los ojos en blanco, pero divertida en el fondo. Las lanza al suelo como si quemaran.

-Sí, bueno, estaba probándoos en realidad.- Contesta ufano. Se adentra un poco más hasta otro arbusto, donde encuentra unas moras.- Porque en realidad estaba buscando estas moras que no son para nada otra fruta venenosa, una trampa de la naturaleza para que se vean como las comestibles y matarme...- Comenta ligero, mirando la baya por todas partes intentando discernir si va a morir si se la mete en la boca.

-Sí, Jaskier, es una mora.-Contesto a su duda no pronunciada.

-¡Ya lo sabía!- Miente. Unos pasos por delante, un arbusto se mueve y se escucha un pequeño sollozo animal.- ¡Escuchad, hay algo aquí!

-Jaskier...- Comienza Geralt a perder la paciencia.

-Hola, pequeñín.- Comienza a hablarle con voz aguda y empalagosa.- Eres la cosita más dulce que...- Entonces se queda blanco y pega un grito cuando se alza de entre la hojarasca una bestia de dos metros y medio, que es todo ojos y cabeza, y está en los huesos.- Más aterradora que he visto en toda mi vida.- Suelta con voz de pito consumido por el miedo antes de tropezar y echar a correr hacia nosotros.- ¡Corred, huid! ¡Geralt!- Ambos nos desmontamos de las yeguas, pero no desenfundamos las espadas.- Es uno de tus amigos, que lo disfrutes.- Suelta con voz temblorosa antes de correr a esconderse detrás de nosotros. El monstruo lo sigue, y nos gruñe, de una manera no muy amenazante, la verdad.

THE WITCHESS //  The Witcher fanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora