II - El Consejo.

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Aretusa - Hermandad de Magos.

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El salón de la Hermandad pronto se llenó de todos los magos. A pesar de sus expresiones de hastío, habían acudido a mi llamado. No en vano, seguía siendo uno de los líderes, a pesar de que muchos pensasen que me había vuelto un viejo loco.

La curiosidad se mostró en los ojos de todos cuando fijaron la mirada en mí al levantarme, no sabían el motivo de la reunión, sólo que era urgente.

Ni siquiera Dijkstra o Vilgefortz habían tenido nuevas de la búsqueda de The Witchess, y podía notarlo en el movimiento nervioso de las puntas de los pies sobre el linóleo.


—Miembros de la Hermandad, el mundo tal y como lo conocemos está en peligro. Y no me refiero a las guerras que asolan el Continente desde hace demasiado tiempo y que tanto luchamos para terminar, no. Nos enfrentamos a algo que puede reducirnos a todos a cenizas.

—¿Un arma?— Pregunta uno.

—¿Un monstruo?— Pregunta otro. Niego a ambos con la cabeza.

—Una chiquilla.— Respondo. La sala se queda en silencio, sin entender nada. Se escucha algún bufido de mofa en el fondo. Entrecierro los ojos, enfadado, y nadie más dice nada.

—Existe una leyenda,— Comienzo. Ya puedo escuchar algunos suspiros de hartazgo, pero continúo.— Sobre un bebé nacido en la peor tormenta que se recuerda, Fuente de Caos que, durante el primer ataque de Cintra por parte de Nilfgaard, fue capaz de derribar un monolito sobre el General que la secuestraba, siendo una niña, sólo con su Grito. Esa leyenda es cierta. Fue criada por Brujos, consiguiendo grandes habilidades en lucha a pesar de ser sólo una pequeña, en principio, humana. Pero cuando creció, pude ver con mis propios ojos cómo de un solo grito provocó una explosión tal, que mató a varios aprendices de Brujos y dejó malheridos a decenas más. Viendo que milagrosamente era la única Fuente que había sobrevivido más allá de la primera infancia y con su entrenamiento, pensé que podría tener una salvación, así que me propuse enseñarle a dominar sus habilidades para que no fuese un peligro ni para ella misma ni para nadie. Por desgracia, me equivoqué. Mostró un talento natural para usar todo el Caos que contenía, pero ni yo ni mis compañeros líderes conseguimos domesticarla y huyó tras atacarnos. Durante casi un siglo hemos intentando subsanar nuestro error, intentando rastrearla, para detenerla antes de que siga causando daño, pero es puro Caos andante y demasiado peligrosa. No sabemos cómo no ha sido víctima de su propia maldición, pero, a pesar de no tener riquezas, ni tierras, ni ejército, continúa dejando horror y muerte allá por donde pasa.

—Aquellos que han pagado por los servicios de The Witchess están más bien agradecidos.— Interrumpe Tissaia desde su asiento, taladrándome con la mirada.— Si dejaras tu miedo atrás verías que es un gran activo para la Hermandad, no un peligro.— Nuestras miradas luchan durante un largo rato. Sabía que esa mujer sería el hueso más duro de roer, sobre todo por la inquina que me tiene, dado que no consigue ascender por mucho que trabaje; pero no esperé que empezase tan pronto.

THE WITCHESS //  The Witcher fanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora