XII - De un problema a otro

382 58 4
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


El mineral encantado me conduce hasta una bodega al otro lado del pueblo. Desde las sombras, con mis sentidos de brujo, puedo ver a un Jaskier apaleado atado a una silla.

Un hombre gigantesco rapado y lleno de cicatrices intenta sacarle información a golpes. Leyendo su mente, descubro que es un mercenario pagado por Dijkstra.


-¡Te he dicho que no sé nada!

-Tus canciones no dicen lo mismo, bardo. Parece que tienes una relación muy estrecha con esos brujos fugitivos.

-Soy un bardo, un genio. Esto es lo que hago: él gruñía, yo inventaba una historia. Él hablaba sobre una fortaleza, yo la convierto en un escondite mágico y místico en las montañas. Hace semanas que no sé nada de él.

-Bueno, parece que vamos a tener que refrescar tu memoria. Cortando uno a uno estos dedos de músico.- Y pasa ligeramente el filo del puñal por los nudillos, obteniendo un gemido horrorizado.- Yo me apresuraría, no creo que puedas tocar el laúd con muñones.- Ríe sádico entre dientes.

-O tal vez yo te corte esa mini polla que tienes como no sueltes ahora mismo al bardo.- Aviso enfadada lanzando fuera de su alcance la daga con magia.


Cabreado, dirige la mirada hacia donde me encuentro, pero sus ojos se iluminan con sangriento regocijo cuando me reconoce. Casi puedo ver las monedas tintinear en sus pupilas.


-Oh, jo, jo, arpía traidora. Cómo voy a disfrutar darle tu cabeza a los Magos Supremos.- Agarro aburrida una botella de las paredes de la cueva y arranco el corcho con los dientes.

-Mucha palabrería. Aquí te espero.- Y pego un buen trago a la botella antes de lanzarla lejos, rompiéndose en añicos.


Se lanza hacia mí como un mastodonte, con la espada en alto, pero ni siquiera llega a poder rozarme antes de que yo haga una señal de Igni y escupa el alcohol inflamando la llamarada que comienza a quemar su cara.

Con gritos del más puro dolor se lleva las manos al rostro que chisporrotea, mientras cae al suelo convulsionando.

Jaskier palidece viendo la grotesca escena mientras corto las cuerdas que lo mantienen sujeto y lo agarro de los brazos para que se levante.


Los chillidos continúan, cada vez más débiles porque también se ha quemado la garganta. Deslizo la espada de acero fuera de su funda y rebano su pescuezo, separando la cabeza del cuerpo.


-¿Fue eso misericordia, o fue para asegurarse de que está muerto?- Pregunta el bardo conmocionado. No le respondo y tiro sin esfuerzo la mitad de su cuerpo contra mi hombro para salir corriendo cuando veo que cojea.

-Vamos, corre. Tenemos que encontrarnos con Geralt e irnos de aquí. Está claro que tú también eres un objetivo.



Corremos por las callejuelas menos transitadas hasta escondernos tras una gran colada.

-Detente, por favor, necesito un poco de aire.- Ruega Jaskier. Acepto a regañadientes mientras le ayudo a sentarse pegado a una pared.


Aprovecho entonces para intentar comunicarme con Geralt telepáticamente, pero no estoy segura de si me escuchará, dado que ya he comprobado lo difícil que es pasar los muros de su mente.


-¿Qué estás intentando? Tienes la misma cara que se me pone cuando intento cagar después de no conseguirlo en una semana.- Le explico impaciente mis intentos de comunicación a distancia.- No puedes ser la damisela en apuros.- Protesta asustado.- Ese es mi papel.- Y no puedo evitar palmear su pecho cuando me hace gracia.


Pero me he concentrado demasiado en tal tarea, y eso nos pasa factura, porque un grupo de hombres aparta con furia las telas y nos encuentran.


-¿Qué está pasando aquí?- Jaskier se pone rápidamente delante de mi cuerpo, en un inútil intento de cubrirme y protegerme.

-Oh, vaya, hola, qué alegría. Un buen día para merodear, ¿no es cierto?- El líder hace caso omiso de la verborrea de mi compañero y fija sus ojos en mí.

-¿Trabajas esta mañana, cielo? ¿Cuánto cobras?- Pregunta baboso. Con gesto de asco, le respondo dándole una patada en los huevos que lo hace caerse al suelo sin aire.

-Oh, joder, es aterradora.- Jadea el bardo. Agarro a Jaskier y volvemos a correr, ahora con cuatro hombres siguiéndonos.


Cuando estamos llegando al mercado, Jaskier se detiene.


-Vete por ese lado. No puedes llamar más la atención o tendremos a todos los guardias encima. Venga, corre.- Me insta.- ¡Corre, vamos!- Apura al ver que no me muevo. Con un gruñido de impotencia corro al lado contrario para buscar a Geralt y escondernos hasta poder sacar a Jaskier de forma segura.- ¡Señores, muchos hombres han deseado darme un puñetazo, ahora es su oportunidad!- Los azuza antes de huir al lado contrario.


Lástima que, como predijo, el revuelo causa que los guardias los encarcelen a todos.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
THE WITCHESS //  The Witcher fanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora