XVII- El dinero no da la inteligencia. Ni la clase.

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-¡Cabrón mentiroso!- Suelta uno de los integrantes de la nueva generación de nobles, levantándose él y aludido con un chirrido de sillas.- No has luchado en tu vida, y menos contra una mantícora.

-Mantícoras más gordas y feas que tú han perecido bajo mi espada.- Contesta el otro, como un niño grande.

-Bajo tus mierdas, dirás. ¿Cuántos aguijones tienen?

-Dos.

-¡Ja! Tú mismo te has jodido. Tienen cinco. ¡Yo sí he matado a una!- Se agarran de la pechera, dispuestos a iniciar una estúpida pelea, sin duda enardecidos por el alcohol.

-¡Parad!- Pide uno de los amigos, el más sobrio.- Preguntémosle al brujo y salgamos de dudas.- Entorno los ojos.


Yo estaba tan tranquilo apoyado en el muro bebiendo una cerveza buena por primera vez en años y siempre tienen que venir a tocarme los cojones. Todos los ojos se posan en mí.


-Ninguno.- Contesto la verdad.

-¿Me estás llamando mentiroso, viejo?- Contesta uno de los aludidos, haciéndose el bravucón.

-El Carnicero de Blaviken no dice más que sandeces.- Añade el otro.


Mis ojos se dirigen hacia Jaskier, que, con laúd en mano, me implora con la mirada que no me deje llevar por el enfado. Lo siento por él, pero esto o sacar la espada.


-Por lo menos, ninguna de las veces que una daga rozó peligrosamente mi cuello, me cagué encima. Es lo que deseo para ustedes, mis estimados señores: with your last breath, a shitless death. Que con vuestro último aliento no os caguéis encima. Aunque lo dudo.- Y alzo mi jarra de cerveza con una sonrisa satisfecha ante sus rostros avergonzados ante las risas que recorren toda la sala.


Busco de nuevo un sitio más tranquilo donde pueda llenar mi estómago de buena comida y bebida sin que me molesten, ya que será lo único que me lleve de esta fiesta.


Jaskier y los músicos de la corte comienzan un pegadizo ritmo que los invitados no tardan en seguir dando palmas, entusiasmados.


Oh pescadero, oh pescadero

Ven a calmar el hambre de tu hija

Para tirar de mi cuerno

Al amanecer

Porque no es más que mala suerte

Joder con un puck

No sea que tu nieto nazca

Un joven fauno peludo

Balando y rebuznando todo el día, hey ho

La hija del pescadero, ba ba

La hija del pescadero, ba ba

La hija del pescadero, ba ba

La hija del pescadero, ba ba ba

La hija del pescadero, ba ba ba

La hija del pescadero, ba ba

La hija del pescadero, ba ba

La hija del pescadero, ba ba ba

Ta-da-da-ta, ta-da-da-da-da

Ta-da-da-ta, ta-da-da

Ta-da-da-ta, ta-da-da-da

Ta-da-da-ta, ta-ta-ta



Cuando la siguiente tanda de platos comienza a servirse, un invitado inesperado aprovecha el bullicio para entrar en el salón de ceremonias.


Una elegante dama vestida de gala camina naturalmente mezclándose con la gente. El pelo azabache brilla con cada movimiento de su grácil cuerpo, sus labios llenos tintados de rojo y sus ojos azul cobalto eclipsan la sala.

Todo el ruido queda enmudecido mientras la observo caminar decidida. No entiendo por qué esta atracción repentina por ella, y, entonces, el olor a jazmín y azahar invade todos mis sentidos.


-Ese aroma...- Murmuro hipnotizado. Y entonces, me doy cuenta. Es ella.

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THE WITCHESS //  The Witcher fanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora