Destinada a sobrevivir.
Destinada a luchar.
Destinados a protegerse.
Geralt de Rivia, conocido por muchos nombres, pero por todo el mundo como Brujo (witcher), un mutante creado para matar monstruos a cambio de unas monedas.
Su vida solitaria...
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El pueblo comienza a aplaudir.
Los últimos acontecimientos dan tantas vueltas en mi cabeza que todo el retumbe se escucha sordo dentro de mi cerebro.
Estoy tan sorprendido que ni siquiera noto la quemazón del veneno abandonando mi sistema hasta que vuelvo a ver el rostro de Ciri como siempre.
-Ciri...- Susurro, esforzándome porque mi voz se escuche aunque sea un mínimo audible, pero sólo muevo los labios sin que nada salga. Puedo ver como ella se tensa, sabe que las mentiras se han terminado, pero me ignora.
Ailith se apresura a despedazar el eslizón para dárselo al pueblo. Todo el pueblo superviviente (que gracias a nosotros no era poco) se reúne para juntar su efectivo y le paga con una bolsa llena de oro.
Avergonzada por su coartada hundida, recoge el oro con una tenue sonrisa y un asentimiento de cabeza ante los agradecimientos.
-Aquí tienes las monedas por el eslizón.- Se acerca a mí sin mirarme a los ojos, tendiéndome todo el saco. Mi cerebro todavía no funciona a todo el ritmo.
-¿Pero y tú parte?
-¿He hecho algo desinteresadamente? Entonces ya tengo mi recompensa.- Responde alzando los hombros. Y dándome a entender una de las razones por las cuales no me ha pedido dinero por salvar a Jaskier.
No debía ganar mucho de Brujo si todo lo regalaba.
Antes de que pueda pararla, se va corriendo a gran velocidad, escapándose de mi vista.
Si creía que me había quedado satisfecho con descubrir quién era en realidad, estaba muy equivocada. Las preguntas no habían hecho más que aumentar.
Cuando llego a su habitación en el palacete otorgado por el alcalde, la encuentro metiendo a toda prisa sus pertenencias más importantes en un morral casi del tamaño de su espalda. Está muy nerviosa y eso me preocupa.
-Ciri.- Consigo llamarla al fin.
Sólo con decir su nombre en alto sentí que le devolvía la vida en mi realidad.
A regañadientes, se voltea y me mira, con los brazos cruzados sobre el pecho a la defensiva.
-Ailith Cirilla de Cintra.- Me recuerda su nombre, ¡como si alguna vez pudiese olvidarlo!- Tú eres el único que usa y le agrada ese apodo.- Alzo las palmas de las manos, diciéndole sin palabras que no quiero pelear. Alza las cejas.- Geralt de Rivia...Estabas un poco calvo la última vez que te vi.- Admite al fin, con recochineo. Tampoco esconde la sonrisa ladeada que se cuela.
-Si, bueno... El pelo no es lo único que me ha crecido.- Contesto recogiendo el guante, sin poder evitarlo.
Ella se muerde el labio, pillando completamente el doble sentido. Pero no continúa el juego y comienza a llenar más la bolsa todavía más rápido.
