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❝No puedo destruirlo con esa noticia cuando está siendo feliz.❞
╰─────╮•╭─────╯

—Hola, Olivia.

Una lágrima solitaria corrió por mi mejilla cuando lo escuché pronunciar eso. Sin previo aviso corrí hacia el pelinaranja y le di un abrazo muy fuerte, el cual fue correspondido por él.

—Viniste —sollocé entre sus brazos, sintiendo el aroma a vainilla de su perfume.

—Obvio que vine, tontita. ¿Pensaste que te olvidaría? Eres cruel —dramatizó.

Le di un golpe en su pecho.

—Cierra la boca, Hoseok —rompí el abrazo limpiando mis lágrimas.

—Olivia, te extrañamos mucho —habló la señora Jung acercándose.

—Y yo a ustedes —le di un abrazo.

—Se ha puesto más hermosa en estos pocos meses, ¿no crees? —preguntó el progenitor de HoSeok a este.

—Supongo —recibió un golpe de su padre en la parte trasera de su cabeza—. Genial, ahora me pegan para callarme.

Reí alejándome de la mujer y observando a cada uno con una sonrisa.

—Mh...yo...creo que debo irme —habló esa voz a mis espaldas.

Oh my god, JungKook.

Me di una bofetada mental por olvidar al chico. Cuándo giré sobre mis talones lo vi jugando con la manga de su sudadera, dando a notar que estaba nervioso e incómodo.

Con temor me acerqué más a él bajo la mirada de mis padres, quienes parecían reconocer al pelinegro a mi lado.

—Mamá, papá, él es...Jeon JungKook —dije al fin.

Fui testigo de como a mi madre se le fueron los colores en ese preciso momento. Ellos dos formaron una leve “o” en sus labios, procesando la información que había dado segundos atrás.

—Hola, señores Kim —reverenció con mucho nerviosismo.

¿Los habrá reconocido?

—Hola, jovencito —mi padre fue el primero en hablar, acercándose a él para estrechar su mano.

—Un gusto conocerte —saludó mi madre con una sonrisa.

—El placer es mío, señora Kim.

Vaya, nunca había visto a JungKook tan nervioso como ahora. Literalmente, estaba temblando como gelatina.

—Y ellos son la familia Jung, unos amigos en New York —presenté.

—Un gusto conocerlos —saludó amablemente.

La familia Jung correspondió al saludo del pelinegro con la misma amabilidad. HoSeok me lanzaba miradas de asombro en algunos momentos; él conocía sobre JungKook, al igual que su familia.

—Bueno, ahora quiero saber que hacen aquí —cuestioné riendo.

—Venimos a quedarnos aquí definitivamente —explicó SoYeon, la madre de Hobi.

—No lo creo —dije sorprendida.

—¡Oh yeah baby! Me vas a tener que aguantar los 365 días del año —gritó Hoseok guiñando un ojo en mi dirección.

Todos en la sala reímos, incluyendo a JungKook. La energía positiva de HoSeok seguía existiendo sin importar las circunstancias.

—Hijo, ya para por favor —pidió el señor Jung.

still with you • j.jkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora