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Notita♡: chiquis, les informo que hay alto contenido de diabetes en este capítulo, así que vayan preparando la insulina, y... quedó larguito, sorry. Pero en fin, disfruten la lectura <3






Un completo sueño.❞
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—¡No! ¡No lo hagas frente a mí! No...

Demasiado tarde.

Antes de que pudiera detenerlo con mis palabras, la toalla en su cintura cayó al suelo mientras la sonrisa de su rostro sólo ascendía con diversión. Fui demasiado rápida en cubrir mis ojos para no ver a pesar de que mi mente me incitaba a lo contrario, tambien girando un poco para quedar de espaldas.

—¡JungKook! —chillé avergonzada mientras escuchaba su risotada.

—Eres tan dulce.

—¡Vístete!

No escuché nada más luego de mi grito, cosa que ocasionó miles de corrientes nerviosas por mi espina dorsal, mismas que aumentaron considerablemente cuando sentí su piel desnuda chocar contra mi espalda y como el calor comenzaba a adentrarse en mi cuerpo.

¡Madre mía!

—Oye, no, aléjate —pedí entre risas mientras trataba de romper su abrazo por detrás.

Estaba desnudo, ¿cómo podía?

—Shhh, ya, que tierna te ves así de avergonzada —bromeó, dejando un besito sobre mi coronilla y ajustando su acto cariñoso.

—Voy a pegarte —advertí litigante, sintiendo la musculatura de su pecho pegarse cada vez más contra mí.

—¿En serio crees que estoy desnudo? ¿Mh? —sus labios quedaron a la altura de mi oreja, logrando que su cálido aliento chocara con dicho lugar y mi propio cuerpo reaccionara con respingo.

—Si, eso es lo que creo —afirmé con la voz cortada debido a las miles de sensaciones que experimentaba.

—Pues déjame decirte que no —tan pronto como pronunció eso, se alejó de donde estaba y me hizo girar un poco la cabeza para verlo, instante donde pude confirmar sus palabras.

Estaba usando un pantalón corto de color negro.

Maldición.

Ante mi cara de desconcierto sólo pudo soltar una pequeña carcajada. —La broma quedó mejor de lo que esperaba.

—Idiota —me levanté de la cama y le di con mi puño en el pecho, repitiendo esa acción varias.

JungKook siguió riendo y retrocediendo con cada golpe que yo daba. Estaba disfrutando la situación como ninguno, y eso era algo que en vez de enojarme lograba enternecerme.

Pero eso dejó de ser dulce cuando  detuvo mis acciones con sus brazos y realizó el contacto directo de nuestros ojos.

Ahí volví a caer en cuenta de que su torso si estaba desnudo, momento donde los nervios volvieron a invadirme.

Él no quitó aquella unión de miradas hasta que decidió acercar nuestros rostros y cortar la brecha existente con un beso profundo. Nuestras bocas comenzaron a moverse en perfecta sincronía, manteniendo un ritmo constante y decidido que me llevaría derechito al precipicio.

Nuestro precipicio.

Como reacción involuntaria de mi cuerpo comencé a acariciar su esculpido pecho suavemente, dándome cuenta de un tacto que me generaba placer y extremada calentura, así que no dudé en descender un poco más hasta acariciar su abdomen. Lo escuché gruñir ligeramente y afianzar el ajuste en mi cuerpo para pegarlo más al suyo, y ahí supe que si continuábamos no podríamos detenernos luego.

still with you • j.jkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora