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Manejar mi corazón.❞
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KIM HAENUL
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Viernes, 24 de enero del 2020.
15:37 hrs.

Alcé la vista para dar con el cartel luminoso de la tienda que tenía como nombre “J.Y.S Shop, suspirando suavemente como acto seguido. Relajé un poco los nervios de mi cuerpo y avancé por la entrada hasta quedar dentro del lugar, no sin antes cerciorarme de que la mascarilla se encontrara bien colocada sobre mi rostro.

Debía tener precaución.

Miré la gran cantidad de personas en el sitio y automáticamente maldije por estar aquí sola. Eso me pasaba por terca, era lo cierto.

Había venido con dos objetivos. El primero se trataba de nada más y nada menos que comprar una prenda que había llamado mi atención desde la última vez que estuve visitando el espacio; y el segundo era por el pelinegro dueño del lugar.

Digamos que quería verlo luego de clases, y por un espontáneo momento supuse que aquí se encontraría.

Mala suerte la mía.

Caminé por toda la tienda hasta llegar a la sección de ropa, misma dónde se encontraba poca gente para mi sorpresa. No tardé en acercarme hacia el lugar donde había visto aquella prenda tan resplandeciente para mis ojos, dando con dicha de manera automática.

Tomé entre mis manos la blusa color púrpura y la examiné detalladamente; era muy bonita y adorable, la amaba, había sido como un amor a primera vista. Sin embargo, noté que era una talla un poco grande para mí, así que comencé a buscar con la vista a alguna empleada que pudiera ayudarme.

Causalmente pasaba una por mi costado, así que no demoré en llamarla.

—Disculpe, ¿podría venir un momento? —dije amablemente.

Ella se giró en automático, y ahí pude notar que se trataba de la misma chica que nos había atendido a mí y a Kook aquel día donde me regaló la sudadera de unicornios. Al parecer no fui la única que pudo reconocerla, ya que la sonrisa en su rostro me lo confirmó.

—Por supuesto, diga —se acercó—. ¿No es la chica que suele acompañar al joven Jeon?

—Si —reí un poco nerviosa—. Esa misma.

—Es un gusto tenerla por aquí —realizó una pequeña reverencia con su cabeza—. ¿En qué puedo ayudarla?

—Oh, ¿no tienen una talla más pequeña para esta blusa? —se la mostré.

—Si. Espere aquí, en un momento se la traigo.

—De acuerdo, y... uhm, una pregunta: ¿El joven Jeon está aquí?

—No, hoy no —sonrió sin mostrar sus dientes como un acto amable.

—Oh, está bien —hice una pequeña mueca con mis labios que no llegó a ser notada por ella.

En el instante dónde la señorita desapareció por el pasillo decidí seguir viendo algunas de las otras prendas que se encontraban en la misma sección, sonriendo ante lo hermosas que eran.

still with you • j.jkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora