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❝Perdóname por no salvarnos.❞
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KIM HAENUL
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Jueves, 16 de enero del 2020
07:59 hrs

—¿Quieres un dulce?

—No, gracias —negué con una media sonrisa en mis labios.

Posé mi mirada hacia el exterior del coche admirando las hermosas y ajetreadas calles de Seul. El horario mañanero sin duda era tedioso para todos los ciudadanos, y aunque como estudiante no podía comprobarlo en su totalidad, era consciente de que la vida en Corea se basaba mayoritariamente en trabajo.

El sonido de una envoltura siendo abierta capturó nuevamente mi atención hacia el interior del coche o para ser más específica, a mi acompañante. Analicé los movimientos de su mano mientras abría el chocolate, para luego ver como introducía dicho dulce a su boca con una expresión alegre.

Eso me hizo sonreír abiertamente.

—Te vas a enfermar con diabetes, HoSeok.

El susodicho posó sus ojos sobre los míos, teniendo sus mejillas llenas debido a lo que masticaba y haciendo unos leves sonidos con su boca. ¡Tierno!

Mh... si no me he enfermado en 10 años significa que tampoco lo haré en los próximos —limpió sus dedos y las comisuras de sus labios con una servilleta—. Además, sabes que nada en este mundo podría quitarme la obsesión con los dulces.

Solté una risotada ante tal comentario. —Lo sé Hobi, soy consciente de ello.

Repentinamente el auto se detuvo, cosa que nos incitó a mí y al pelinaranja a observar al exterior, notando que ya nos encontrábamos en el colegio.

—Tengan un excelente día, jóvenes.

—Gracias señor Carlos —dijimos al unísono mientras salíamos del coche.

Estando afuera iniciamos una caminata hacia la entrada del instituto. Los estudiantes que se encontraban en los alrededores nos miraban como si fuéramos algo extraño, pero eso ya era costumbre desde que habíamos llegado aquí; en este lugar predominaban mucho los estereotipos.

Ambos estuvimos en silencio por unos instantes hasta que Hoseok decidió romper la burbuja incómoda que nos rodeaba con un tema de conversación que a me provocaba fuertes latidos.

—¿Qué tal te va con el príncipe encantado? ¿Ya te pidió ser su princesa? —bromeó con una sonrisa pícara en sus labios, y ante tal insinuación sólo pude evitar su rostro en el vago intento de ocultar el sonrojo de mis mejillas.

—Creo que fue mala idea contarte sobre mi pasado.

—Oh, querida amiga, créeme que sí —pasó uno de sus brazos alrededor de mis hombros haciéndome reír con fuerza.

>> Ya pero, siendo serio, cuéntame qué ha sucedido con ustedes en los últimos días —pellizcó mi mejilla—. Han estado ultra cariñosos.

—No ha sucedido mucho.... —murmuré con la cabeza gacha y una sonrisa en los labios.

—Ay ajá, ¿crees que voy a confiar en tus palabras cuando tienes una cara de adolescente hormonal enamorada?

still with you • j.jkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora