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❝Lazo de hermandad.❞
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JEON JUNGKOOK
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19:49 hrs.


La vida: nuestro período de tiempo existente en la Tierra. Aquel que nos permitía experimentar los miles altos y bajos de los hechos inefables que día a día acontecían a lo largo del mundo. Era lo que nos invitaba a conocer las maravillas de nuestro alrededor, las emociones como el odio y el amor, a personas increíbles... Todo en general.

Pero justo como estar vivo era un privilegio, tambien podía convertirse en un infierno.

Y yo en este momento me sentía como lo último.

Ahora mismo la vida no significaba mi manera de existir o respirar para encontrarme firme sobre este mundo, sino que únicamente estaba representando ser mi enemiga cuando lo que más deseaba era desaparecer.

Tal vez era muy exagerado, pero después de lo sucedido ni siquiera deseaba seguir existiendo.

Mi cabeza daba vueltas. Eran muchas emociones las que sentía en cada parte de mi cuerpo, mi corazón siendo ese central que recibía esas miles de sensaciones. Me dolía fuertemente el pecho ante tanto sufrimiento que en apenas minutos me había llegado a someter, uniéndolo a todas las emociones acumuladas en el cabo de los años. Tenía los ojos hinchados, era lo más probable ya que no paraba de llorar; incluso me ardían con cada lágrima que se iba escapando de mis labios. Mi nariz estaba repleta de mocos para completar la situación y mis dientes estaban haciendo sufrir a mis labios tanto como mi corazón hacía doler a mi cabeza. Justo para convertirse en la cereza del pastel, estaba totalmente empañado por la lluvia que no parecía cesar en la ciudad.

Todo era un completo asco.

Cuando salí de la institución caminé por un buen rato bajo la llovizna en un completo silencio, mas no paz. Creo que aquello era lo único que no podía sentir desde ese día donde KyungSoo me soltó la bomba.

Era imposible de creer.

Incluso ahora me seguía resultando imposible.

Justo ese todos los hechos de los últimos meses comenzaron a unirse entre sí, atando los puntos por sí solos mientras yo continuaba negando que pudiera ser cierto. Para mí era una negación total, algo que no podía tener sentido por más que una parte en mi interior lo deseara.

Se sentía como una utopía.

Yo realmente me negué a aceptar lo que era obvio frente a mis ojos y, justo ahora, estaba pagando las consecuencias tanto como ella.

Con esto nos habíamos sometido a un sufrimiento sin fin.

Durante los minutos donde caminé sin rumbo sólo pensé en todo lo que había sucedido en apenas un instante. No se sentía bien, no lo era. No quise que nuestro reencuentro fuera así; en mi mente estuvo creado el pensamiento de cumplir al pie de la letra con esa canción que había escrito sólo para ella, pero las cosas sucedieron de una manera que ni en la mayor de las locuras hubiera podido imaginar. Al buen rato pude encontrar un autobús que casualmente pasó por mi lado y que podría darme un aventón a casa; estaba súper mojado por la lluvia y no me importaba, pero no era sensato enfermarme en estos momentos, así que dejé la terquedad y me monte en el vehículo.

still with you • j.jkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora