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Culpable.❞
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—¿Por qué no me dices "tía" como hace diez años atrás, Hae?

Aquellas palabras se sintieron como un golpe demoledor. Todo a mi alrededor se detuvo; el tiempo, las acciones, mis latidos y respiración. Todo, absolutamente todo. Y no era capaz de reaccionar. La realización de lo que su frase significaba me aturdía, asimismo como ocasionaba esa horrible presión en mi pecho.

No podía estar sucediendo, no era correcto, pero si estaba pasando.

Ello lo sabía.

Y eso sí que no estaba en mis planes.

No dije nada, sólo comencé a respirar con dificultad mientras veía sus expresiones relajarse y alegrarse un poco.

—Te extrañé mucho, pequeña.

Sin embargo, fue sólo cuestión de decir eso para que la primera lágrima corriera por mi mejilla y tuviera que apretujar mi pecho para eliminar aquel dolor tan fuerte. Ella al notarlo se preocupó, por lo que no tardó en tranquilizar.

—Oye, no llores, cariño, no ahora —su dedo pulgar acarició mi cara para eliminar esa gota de añoranza, decidiendo abrazarme con fuerza para intentar relajar a mis nervios. Y aquel acto suyo me demostró lo mucho que había extrañado todo. Estar en sus brazos y recibir sus mimos como si fuera mi segunda madre logró que quisiera decirle todo, sin embargo, en esta situación no podíamos, no cuando a pocos metros se encontraba JungKook. —. Respira hondo y tranquilízate, no es el momento indicado.

Hice lo que me pidió varias veces hasta volver a retomar el control de mis emociones aunque sea por un pequeño instante. Ella me alejó de su pecho para verme, delineó nuevamente su dígito por debajo de mis ojos para sacar el rastro de lágrimas y como último me sonrió.

—Sigues siendo igual de hermosa que antes.

Sonreí leve por aquel comentario, murmurando un "gracias" apenas audible.

Apresuradamente metió la mano en su bolsillo y sacó una pequeña tarjeta, no tardando en esconderla en mi mano. —Este es mi número de teléfono. Mañana en la tarde llámame, estaré libre para poder reunirnos y hablar, ¿te parece?

—De acuerdo —asentí, sorbiendo un poco por mi nariz.

Ella iba a decir algo más, no obstante, ante la aparición de su hijo se detuvo. Disimuladamente pasé mis dedos por mis ojos para quitar las pocas lágrimas y de paso encontrar alguna excusa en caso de que preguntara.

—Aquí está —le entregó el cuadro mediano a su madre, no sin antes sacar un poco el polvo de encima.

—Gracias, cariño —revoloteó su cabeza con dulzura, ocasionando que él rechistara un poco.

Solté una pequeña risita por eso.

—Mira, esta es la foto de nuestro casamiento —señaló la mujer con su dedo sobre la fotografía que sostenía, invitándome a dar un vistazo y examinarla. En realidad ya la había visto miles de veces, ambas lo sabíamos, pero debíamos aparentar que sí—. Aquella noche estaba muy helada, pero fue muy memorable.

—Y puedo imaginar eso. Un momento como ese es muy hermoso.

—Créeme que sí —sonrió genuinamente—. Voy a guardar esto, los dos pueden ir bajando.

JungKook y yo asentimos, el primero tomando mi mano para retomar nuevamente el paso.

Me encontraba muy nerviosa, ya que luego de todo lo sucedido... no sabía que esperar. Y por supuesto, los ojos observadores de mi acompañante lo notaron.

still with you • j.jkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora